Con las recientes reformas a las leyes secundarias en materia electoral local que dieron paso a las candidaturas comunes, en Tabasco  una vez más quedó al descubierto que quien manda es el tabasqueño y líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador. 

Una ley electoral que no es otra cosa que un traje hecho a la medida para que las izquierdas y organizaciones políticas satélite como Morena y "José María Pino Suárez", esta última creada por el gobernador, Arturo Núñez Jiménez, saquen ventaja y sin restricciones en los comicios de 2015 a través de las candidaturas comunes. 

Una figura que, para los tricolores, carece de soporte constitucional por no estar reglamentada,  por ser  inequitativa y por afectar a los ciudadanos al tener que votar por un candidato que no presenta una plataforma propia y, por lo tanto, no asume compromisos con sus electores. 

Una ley a modo que el PRD dejó libre de "candados"  para postulantes, agrupaciones y partidos de nueva creación que propongan candidaturas comunes con otros partidos. 

Con la nueva legislación perredista, si un candidato común postulado por las izquierdas no llevara la delantera en alguna elección, sin ningún trámite ni requisito de por medio podrá unirse a otro partido para intentar cambiar el sentido de los resultados. 

La idea es, según el PRI, allanar el camino a Morena para ocupar la mayor cantidad de cargos de elección popular posibles en el Congreso y los 17 municipios del estado. 


Se trata pues de una ley que extrañamente y de última hora el PRD se sacó de la manga sin el consenso y por tanto sin el aval del PRI, PVEM, PANAL y una legisladora perredista contraria al gobierno nuñista. 

Pese a todo, el PRD aún no las tiene del todo seguras, el PRI anunció que acudirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a interponer una controversia constitucional con el apoyo de la dirigencia nacional para echar abajo las adecuaciones a la reforma perredista. 

El debate llegó a grado tal que incluso  el PRI determinó romper con el famoso "Pacto por Tabasco"
, que en los hechos de poco o nada ha servido a los propios tabasqueños. 


En el fondo, la reforma electoral según ha dicho el PRI, no es otra cosa que el primer paso del gobernador Arturo Núñez y la bancada del PRD, para la entrega política de Tabasco a quien es su único y verdadero jefe: Andrés Manuel López Obrador. 

Es una muestra clara que el gobierno de Núñez no cumple con los acuerdos y no responde a los intereses de Tabasco ni de los tabasqueños, sino del líder nacional de Morena. 

En medio de todo ello, hay quienes apuestan que las elecciones intermedias de 2015 serán las más complicadas y competidas en el estado, pues estarán en juego el control del Congreso y la mayoría de los ayuntamientos. 

Y no es para menos, pues el próximo año el PRI buscará recuperar los espacios perdidos y de paso evitar el crecimiento electoral del líder nacional de Morena rumbo a las elecciones de 2018. Usted ¿qué opina?