Cuando pensamos que este País alcanzó el clímax de la descomposición social, aparece una nueva noticia con la capacidad de sorprender por el grado de putrefacción en la sociedad que vive México; ahora es el caso del menor Christopher Raymundo Márquez Alvarado, a quien la muerte sorprendió no por un juego, sino por una acción premeditada por parte de otros adolescentes con la capacidad de comprender el alcance de sus acciones.

No se trata de un hecho aislado, se trata de menores que desde su nacimiento están saturados noticias con imágenes de cuerpos desmembrados, ejecutados y hasta helicópteros derribados,  lamentablemente son la generación de la ?guerra perdida contra el narcotráfico?, estos niños nacieron en una década en la cual el gobierno Federal por privilegiar el uso de la fuerza sobre la razón, aumentó el presupuesto a la Defensa Nacional, Marina y Policía Federal con la consecuente disminución proporcional a la educación superior.

En próximos días, habrá muchas voces preguntándose el ?por qué? llegamos a tal extremo, en el cual el ?juego? de moda es secuestrar y asesinar; habrá miles de respuestas, pero pocas abordarán el tema de las políticas social y educativa, nadie en el gobierno Federal pensará en erradicar el problema de raíz, pues para los responsables de la educación pública, la educación de ninguna forma puede relacionarse con los hechos de horror descritos en el párrafo precedente, toda vez que se tiene una visión tan corta que se piensa que el entregar una tablet hace un modelo educativo diferente y de excelencia.

En este contexto de comentarios y opiniones relativas al tema, también aparecerán los ?duros? exigiendo la reducción de la edad penal a 16 o hasta 14 años, pero tengan la certeza que ninguna voz gubernamental se manifestará a favor de mayores espacios para practicar el deporte; más tiempo en las aulas y no en las calles; mejores oportunidades a los jóvenes en edad de trabajar; educación superior con mayores posibilidades para su acceso; así como políticas públicas no sólo enfocadas a prevenir las adicciones, sino en conjunto dirigidas a que los jóvenes se sientan atraídos por delincuencia organizada.

Hoy lamentamos la pérdida de la vida de un pequeño, su asesinato no debe ser en vano, por el bien de nuestros hijos ojalá nuestras autoridades reflexionen que el derrotero en materia de seguridad pública, educación y política social, no son las balas y los jugosos diezmos que dejan las compras multimillonarias de tabletas y pantallas, la solución no es otra que una política integral que disuada con oportunidades de superación a niños y jóvenes de ver como arquetipos a secuestrados y narcotraficantes.

Mexicanos galardonados en premios de ciencias y deportes siempre serán mejor opción en las noticias que ciudades sitiadas por la violencia como en días pasados sucedió en Jalisco? a reflexionar.

Porfirio Ramírez García

Twitter: @Porfirio_RG