Los deslaves ocurridos en Santa Fe a fines de octubre pasado, nos deben alertar sobre la necesidad de reforzar nuestros mecanismos de prevención y revisar las  herramientas y recursos disponibles para el desarrollo urbano. En su momento Santa Fe se consideró un ejemplo de planeación para la Ciudad de México, con estos deslaves se pone en evidencia que los estudios técnicos nunca se realizaron con seriedad o que no fueron considerados en los programas de desarrollo de la zona. Estamos frente a un problema que no debe pasar desapercibido y que no debe seguir pasando.

El segundo gran tema es que no tenemos información completa sobre los riesgos existentes en la ciudad de México. Diversas fuentes señalan que la Secretaría de Protección Civil, el Instituto Politécnico Nacional y la UNAM, elaboraron un Atlas de Riesgos de la Ciudad de México, en donde supuestamente se detectaron 450 lugares en situación de peligro. Sin embargo, la metodología y la información actualizada de dicho Atlas no son públicas.

En tanto, la Dirección General de Protección Civil del Distrito Federal tiene publicados en su página de internet mapas temáticos de riesgos geológicos, sísmicos, orográficos y de inundaciones. En el apartado de riesgos por pendientes o inclinaciones en el terreno, se consideraron las mayores a 30 grados para un eventual deslave. Estas áreas se encuentran distribuidas en las delegaciones Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa. En tanto, los riesgos por deterioro o daño estructural se concentran principalmente en la delegación Cuauhtémoc.

Con base en la información pública que existe, fuentes periodísticas han señalado que hay aproximadamente 2 mil 168 viviendas construidas en zona consideradas de alto riesgo de deslaves, ubicadas en 161 sitios que son monitoreados por la Secretaría de Protección Civil desde 2007. En tanto que otras fuentes mencionan que sólo en Cuajimalpa hay aproximadamente cinco mil viviendas en riesgo por ubicarse en zonas de deslave.

El Jefe Delegacional en Cuajimalpa ha comentado en varias ocasiones que el inmueble de Tamaulipas 250, a un costado de Residencial Vista del Campo, en Santa Fe, cuenta con los permisos y requerimientos legales para su construcción. Pero entonces la pregunta pertinente es saber si estos permisos tomaron en cuenta el tipo de terreno sobre el que se asienta dicha construcción.

Frente a la falta de información y la situación de riesgo de la ciudad, en el marco de la discusión del presupuesto 2016 para el GDF, presenté el martes 8 de diciembre, en la Asamblea Legislativa del DF, un punto de acuerdo a fin de que sea destinada una partida especial para las delegaciones con mayores riesgos. El objetivo es que estas delegaciones cuenten con mapas de riesgo actualizados, se fortalecen sus programas de protección civil y tengan una mayor capacidad para alentar la participación ciudadana en este tema tan fundamental.

También debemos asumir que las zonas de riesgo en el DF deben trabajarse de forma coordinada entre Gobierno Central, Asamblea Legislativa, propietarios, constructoras y habitantes, a partir de los siguientes ejes: actualización y acceso público a los Atlas de Riesgo; participación y consenso con los expertos sobre las prioridades en este tema; tomar las medidas de prevención más urgentes para evitar más pérdidas de patrimonio de los ciudadanos; y, entre otras cosas, incorporar estas experiencias en la elaboración del Programa General de Desarrollo Urbano. Podemos y debemos transitar de una situación de riesgo e incertidumbre a una adecuada planeación del desarrollo urbano.