A la mujer solo le falta que le quiten el derecho al voto.

Claro que es en contra de alguien, cualquier protesta, manifestación, paro, es en contra de alguien, es el expresar un descontento por las acciones que se han dejado de tomar en favor de los derechos o peor, que se han ejecutado en contra de los derechos, como la suspensión o cobro de los tratamientos médicos que hasta el año pasado eran gratuitos, además de las declaraciones desatinadas por los temas que les conciernen a las mujeres, “los feminicidios no causan malestar social, la gente está contenta”, como dice por ahí un distinguido político: “eso sí calienta”.

Hay quienes levantan la voz para que se aplique la pena de muerte a feminicidas o infanticidas o secuestradores que maten a sus víctimas, castración a violadores, etc. otros son los que no están de acuerdo en aplicación de castigos de la tan criticada época de la inquisición, el presidente pide compasión para los delincuentes, pretendiendo justificar al violador asesino como que simplemente cubrió una necesidad fisiológica y el asesinar a la víctima solo fue un daño colateral, pero con amor eso se acaba, ¿por qué el presidente se escuda en el amor? Porque sale de su jurisdicción y distrae la responsabilidad en las propias mujeres.

El gravísimo problema de las leyes es cuando se aplica el criterio de los que no son jueces por ejemplo, el presidente, aun los jueces, siendo jueces, ellos no tienen porqué aplicar su criterio, tienen que aplicar la ley, ahí radica el problema cuando las autoridades judiciales son discrecionales, cuando aplican la ley a su conveniencia y no de acuerdo a la ley.

Los grandes problemas de México se resuelven si se acaba con la impunidad, no es necesario crear o inventar una comisión o foro de la verdad, ni ampliar las penas, solo se necesita que los jueces apliquen la ley y que cualquier funcionario de primer nivel deje de influenciar en los jueces en contra de la ley, si se amplían la penas, si hay impunidad, de nada sirve la ampliación del castigo, aun siendo pena de muerte, es como multiplicar por cero, el multiplicar uno por cero es el mismo resultado de multiplicar un millón por cero.

La dama de la justicia es ciega, tiene en los ojos un pañuelo que le tapa la vista, se supone que aplicara la justicia ciegamente, sin discriminación, sin conveniencias. En ningún precepto de ninguna ley en el mundo habla de que la justicia se aplicará de acuerdo al grado de amor que se le haya brindado o no a los delincuentes en su proceso de desincorporación en la sociedad, ni tampoco dice que las víctimas deberán de entender esa falta de amor, menos dice que la solución a su pena es la resignación abrazando a sus victimarios.

Las coincidencias no existen y menos en política, la marcha del 9 de marzo está convocada por la gran mayoría de las mujeres que gritan para exigir justicia, no son las maestras Elbas protegidas por un alto funcionario a las que les están regresando millones de pesos que ganó a lo largo de su vida con su sueldo de “maistra” de primaria de escuela rural. Gritar ni una más, de nada les ha funcionado, porque los ejecutores siguen sueltos o están en proceso de salir sueltos.

Pero el presidente López promueve primero la impunidad que la justicia, si se trata del presidente Peña, por las noticias de que estaba siendo investigado por lo resultado con Emilio Lozoya, entonces el presidente López sale en su defensa y señala que en su administración no hay ninguna denuncia en su contra ni la habrá.

La mujeres levantan la voz y dicen ya basta, ya basta de impunidad, ya basta de estar atentando en contra de las mujeres, ya basta de que les quiten los derechos ganados, como las instancias infantiles para facilitar que la mujer trabaje, ya basta de que las sentencien a muerte porque el gobierno haya decidido dejar de brindarles las medicinas para sus tratamientos que no paga el gobierno, lo pagamos los millones de mexicanos que aportamos nuestras cuotas al seguro social, ya basta de tantas cosas, que se resuelven simplemente con terminar con la impunidad.

Dice un viejo y conocido refrán de por ahí de Europa de un pueblito “Estoniosense”: “No es en contra del presidente López, si no de quien lo hizo compadre”