Desde que se hizo viral en México y a nivel mundial en las redes sociales la plataforma tecnológica que permite contratar un servicio de chofer personalizado conocida por su nombre comercial como Uber, siempre estuve convencido de que la tecnología estaba dando un paso mayúsculo en la tradicional forma y arcaica manera de hacer negocios en el planeta.

No solo me pareció una brillante idea que se pudiera contratar el servicio privado de un automóvil con chofer incluido, sino que además estuviera al alcance de cualquier persona, pero sobre todo, consideré de magnífica idea empresarial, cuando comenzaba a leer en el periódico ibérico El Pais la enorme molestia que comenzaba a ocasionar la plataforma de Uber al taxista convencional, tanto fue mi agrado, que publiqué un articulo titulándolo “La parálisis del taxista tradicional frente a @Uber”, texto en el que describo brevemente la disrupción económica que pueden llegar a ser la tecnología y las ideas empresariales cuando se conjugan en favor de crear una economía colaborativa y democrática.

Por lo anterior, me parece que el respetable Economista de la Escuela Austriaca Guillermo Barba en su columna “El gobierno ‘taxifica´ la economía, urge uberizarla”, pierde de vista la verdadera relevancia de lo importante que está siendo la tecnología frente a la rudimentaria forma de hacer negocio, ese modelo empresarial en el que se busca maximizar las utilidades de los accionistas a costa de los consumidores, y peor aún, compañías que suelen ser presas de verdaderos mercenarios y especuladores que se dedican a incrementar las utilidades en el corto plazo, con el objetivo de aumentar el valor de las acciones, para después venderlas en el punto más alto, dejando a las compañías en serios problemas de sostenimiento a lo largo del tiempo, ocasionando el remate de sus acciones, cumpliéndose la premisa biológica de que el pez más grande se come al pez más pequeño.

La columna del economista Guillermo Barba hace mención al cuestionamiento de Carlos Morales director del Imco referente a la crítica que vierte al gobierno de Miguel Ángel Mancera por taxificar el servicio de Uber, un señalamiento que ni los más apasionados defensores del utópico “libre mercado” no se pueden desprender de sus prejuicios y doctrinas económicas que aparentan estar en contra de la liberalización económica, y que dicha libertad nunca ha existido desde que se inventó la mercantil manera de adquirir productos y servicios mediante el pago de los mismos. Y para ejemplo basta mencionar cómo han reaccionado las grandes cadenas de hoteles ante la presencia de Airbnb y Homeaway, ambas plataformas muy similares en el concepto a Uber, donde se oferta la renta parcial o completa de una propiedad privada para ser usada como hospedaje. No tardarán en aparecer los políticos ligados a los accionistas de las cadenas de hoteles poniendo trabas “regulatorias” al emprendimiento de Airbnb y Homeaway.

El fondo del progreso económico no es la idea purista de liberalizar la economía, el verdadero progreso económico vendrá cuando la economía se democratice, cuando sea la sociedad en su conjunto la que dicte y oferte productos y servicios alcanzables para cualquier tipo de bolsillo, y que más allá de la exclusividad, lujo o excentricidad que se pueda ofrecer, que la adquisición de un bien o solución a una necesidad sea eso, un cumplimiento cabal a la necesidad inherente de su utilidad, y no la creación de la necesidad mercadológica y comercial que hoy día se vive por consumir de manera desenfrenada.

La voracidad del ser humano es natural, y por ello debe existir un Estado rector y vigía de los intereses colectivos de la sociedad que representa, y que no sólo sea un esquirol de la sociedad pero un férreo defensor de las oligarquías, que en la práctica son éstos grupos de la élite los que más daño y desigualdad imponen en la vida económica de la sociedad.

El Apunte

Es imperante construir un modelo económico desde las bases sociales, pensando en un equilibrio, como el universo mismo, y que no sea la mezquindad la que siga imperando en la vida económica del planeta.