Era imposible creer que el exponencial crecimiento del narcotráfico y crimen organizado, era el resultado del combate en su contra.

- Todos los mexicanos, nos dimos cuenta que la "guerra contra el narco" era una simulación.

- Todos los mexicanos, supimos que todas las instituciones de seguridad estaban al servicio del crimen organizado.

- Todos sabemos quiénes, dónde y cómo operan los criminales y narcotraficantes.

- Todos le teníamos miedo a la AFI.

- Todos sabemos que los policías federales, viven muy por encima de sus percepciones.

¿Será posible que Felipe Calderón, no supiera nada?

Desde que Vicente Fox llegó a la presidencia en el 2000, su gobierno monopolizó todas las actividades ilícitas; ningún criminal podía actuar por su cuenta, sino por medio del jefe de plaza, que a su vez era parte de la estructura gubernamental, donde estaba el crimen organizado, era parte fundamental.

Los entenados de Fox,   importaron de China millones de dólares (Zhenli Ye Gon) de materia precursora para elaborar droga sintética e inundar las calles de todos los rincones de México y envenenar a la juventud, para crear un clima de inseguridad que justificara medidas extraordinarias y se violaran sistemáticamente todos los derechos y garantías de los mexicanos, criminalizando a toda la sociedad.

Es un gran error decir Felipe Calderón le dio un golpe al avispero; tampoco lo hizo por legitimarse, ni mucho menos fue ineptitud de su parte. La simulación era un plan perfectamente elaborado: una herramienta de control social, que dejó a la sociedad en shock, para efectuar el saqueo más grande de los últimos siglos.

El sexenio de Peña Nieto, fue la continuidad del magistral plan, mientras que la violencia y la corrupción fue la constante. El proyecto elaborado por Fox, Calderón y Peña, es México 2030.

El error fue subestimar a la sociedad, le apostaron al pendejísmo, pero por fortuna, una gran mayoría en las urnas les demostramos que se habían equivocado. Estábamos hartos.

Este primer año del nuevo régimen, trataron por todos los medios de descarrilar al gobierno federal: boicot a la inversión, crear incertidumbre, atizar a la violencia, Tlahuelilpan, el Culiacanazo, Los LeBaron, y muchos eventos más contra de la 4T, sin importarles el costo social ni moral, aderezados por las Fake News de todos los días, atomizadas desde las granjas de bots en las redes sociales, sin pasar por alto los embustes de los "líderes de opinión" gatilleros de la pluma a sueldo, que sin embargo... fallaron: rotundamente.

Aunque sea complicado entender al nuevo gobierno, este ha ido recuperando paulatinamente las instituciones secuestradas por políticos-empresariales (incluyendo la Coparmex) cómplices de criminales.

Les guste o no, Andrés Manuel López Obrador, hasta hoy, continúa siendo un político honesto, con fallas, con errores, con carencias, pero con mucha voluntad, paciencia, valor y amor por México.

El presidente, es un viejo lobo de mar, que materializó los fraudes electorales, en experiencia, de tal manera que con una verdadera política exterior de cooperación bilateral, ha empezado a llevar ante la justicia, a los responsables del terror que lamentablemente y por inercia, aún persisten.

Falta mucho por hacer, pero por algo se empieza.

Anaya o Meade no hubieran permitido que el intocable súper policía de Calderón fuera detenido, sería un suicidio, y eso les causaba pánico, el mismo que hoy están padeciendo, quienes fueron indiferentes ante al dolor de la mayoría de mexicanos durante los últimos 18 años.

El miedo, se está mudando.