El día viernes 18 de Julio del presente año, se publicó en diversos diarios de circulación nacional una carta firmada por personalidades del mundo cultural a favor de Rosa Verduzco, desconociendo y negando que existan irregularidades al interior del albergue que dirigía y criticando duramente la labor del Gobierno local y Federal contra dicho personaje.

Un primer elemento digno de crítica es la postura que toman los firmantes de la ya mencionada carta, debido a que no se han tomado el tiempo de asistir personalmente al albergue para contrastar las diferentes voces involucradas y de esa forma emitir un juicio en torno al tema; los firmantes son duros críticos del Gobierno Federal, pero no han tomado ninguna acción concreta que marque una distancia entre esa figura que critican y ellos, debido a que Enrique Krauze hasta el momento no ha dejado de recibir el pago o pedir que se cancele el mismo por publicidad oficial para Letras Libres.

Lydia Cacho ha mostrado estar ajena a las víctimas, a tal grado de colocarse del lado de la presunta culpable sin escuchar antes a las personas que dicen haber sido abusadas sexualmente, a pesar de que ella es una periodista que investiga casos de pederastia. Al parecer las fotos y testimonios del albergue en Zamora no bastaron para que Cacho decidiera comenzar una labor de reportaje sobre el tema.

Hasta este punto, los intelectuales que han firmado la carta carecen de argumentos sólidos que permitan defender sus creencias en torno al tema, ya que todo está basado en juicios de valor y el hecho de que una mujer de avanzada edad no puede ser capaz de tanta crueldad, aunque sin considerar cifras que la misma Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) publica en sus instructivos para operar albergues, donde se establece un gasto promedio de 150 mil pesos mensuales para cubrir las necesidades más básicas de un grupo de 50 niños.

Si partimos de la información oficial de que existían 500 niños bajo el cuidado de Rosa Verduzco, ella necesitaría una cantidad mensual de un millón y medio de pesos para poder alimentar, vestir y dar servicios de aseo a esa cantidad de gente de acuerdo a los parámetros del Gobierno Federal, por lo que de inmediato surge el cuestionamiento de dónde provenía el financiamiento para su albergue, y si en verdad contaba con dicha cantidad para poder solventar todas las necesidades de quien habitaba en ese lugar.

A lo expuesto en el párrafo anterior, Vicente Fox explicaba que los niños del albergue al ser contratados por privados para ofrecer conciertos y de esa manera obtener los recursos, no es más que una manera de ocultar su responsabilidad en el caso, ya que varias ocasiones el “Centro Fox” recibió la visita de esos niños para eventos privados, sin que el ex Presidente o su esposa indagaran si el dinero pagado era realmente bien empleado al interior del albergue y no se trataba de un caso de explotación laboral infantil, así como la omisión de investigación cuando el mismo Vicente Fox fue primer mandatario de México e hizo oídos sordos a las múltiples quejas contra dicho centro; no debemos olvidar que en 2005 y 2008 el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA ) y la Secretaría de Educación Pública (SEP) dieron apoyo económico a Rosa Verduzco para consolidar una orquesta infantil que hasta el momento no ha dado los resultados esperados, por lo que de seguir la investigación, resulta necesario iniciar una auditoría a los responsables que otorgaron dicho apoyo.

El caso de “Mamá Rosa” debe ser llevado a juicio como cualquier otro, así como la realización de un censo de cuántos niños han entrado y salido durante todos estos años, ya que de confirmarse las acusaciones, no todo queda en abuso sexual y malos tratos, debido a que la adopción ilegal o trata de personas puede ser un ramal más de dicho albergue y quien operaba en él.