Los políticos oportunistas, en un descarado cinismo, plagado de una pasmosa insensibilidad, convierten a los niños inmigrantes en un botín publicitario para saciar su voracidad política. 

Ahora resulta que Margarita Zavala está preocupada por los niños inmigrantes. Su discurso me da la impresión del vuelo de un buitre rondando a su próxima víctima que ya agoniza. 

La duda: 

¿Y la prima de Margarita Zavala, una de las responsables de la tragedia infantil en la guardería ABC en Hermosillo, Sonora? Si son indiferentes con la infancia nacional, ¿cómo les puede preocupar los niños inmigrantes que sólo van de paso? El buen juez por su casa empieza. 

 Los resultados:

Precisamente en el trágico sexenio que encabezó su marido Felipe Calderón los niños se convirtieron en las víctimas más vulnerables de sus nefastas políticas. Niños explotados, con nula oportunidad de estudios, ignorantes, obesos, desnutridos, pobres, adictos a las drogas y huérfanos gracias a la falsa guerra contra el narco que detonó Calderón; víctimas de tratas, y que muchos sólo han encontrado la oportunidad que les niega el Estado del lado criminal que los recluta sin el más mínimo remordimiento. ¿Fatalismo? No, realidad, sí. 

Estamos hablando de niños mexicanos; niños que también quieren huir, que buscan una mejor vida, un futuro que en México, se ve cada día más incierto; pero ¿qué pasa con los niños centro y sudamericanos  que cruzan por México? Ahí, el infortunio es más descarnado. 

La preocupación mostrada por los políticos es fingida, pues sólo utilizan la tragedia infantil para jalar reflectores. ¿Cómo recorren los niños inmigrantes casi 4 mil kilómetros de frontera a frontera por el territorio mexicano? Para quien debiera proporcionarles ayuda, esos niños son imperceptibles. Los han volteado a ver ahora para utilizarlos políticamente, nada más. La nueva ley de migración del 2011, sufrió lo mismo que las demás leyes fundamentales que debieran garantizar los derechos humanos: la omisión de las autoridades. 

Crear leyes o reformar las actuales no avala resultados favorables como consecuencia natural; hay que hacer un esfuerzo porque se cumplan al pie de la letra. La constitución mexicana tiene las mejores aportaciones jurídicas de los derechos sociales a nivel mundial. Pero la constitución por sí misma nada puede hacer si quien tiene la obligación de respetarla y hacerla cumplir, es un traidor de su propia patria. 

Así pues, ha sido más fácil para el gobierno dejar a los niños inmigrantes a su suerte en manos de traficantes, criminales y autoridades corruptas. Por cierto, cuando estuvo la panista Cecilia Romero como titular del INM (instituto nacional de migración) sobrevino la peor tragedia que haya sucedido a los inmigrantes en territorio mexicano: La masacre de 72 seres humanos, inofensivos inmigrantes. 

Los inmigrantes, adultos y menores de edad, son víctimas de las pésimas políticas económicas llevadas a cabo por quienes emanan de una “democracia” impuesta desde EU y que sólo a ellos y a sus aliados más poderosos beneficia. Esos gobiernos impuestos, permiten el saqueo y lo único que les queda a sus ciudadanos es la violenta inseguridad y la agobiante miseria. Lo que buscan los inmigrantes, es ¡sobrevivir! 

Sólo hay dos caminos y no sólo en Latinoamérica, sino en el resto del mundo: La  “democracia” que dicta EU, o los crueles bloqueos económicos, y los dos caminos conducen directamente a la pobreza de las mayorías.

La situación de los niños inmigrantes es el costo de una factura que EU se niega a reconocer y que muy poco le importa. 

 Sí, los niños de ahora, son el futuro de mañana... ¿y?