Me interesa el futuro porque es el sitio

             donde voy a pasar el resto de mi vida.

                Woody Allen

En pleno proceso electoral los partidos se desgañitan hablando sobre el futuro. Como parte de sus estrategias de comunicación pintan panoramas diversos dependiendo de sus intereses y clientelas. Los millones de spots que se arrojan indiscriminadamente sobre nuestros ojos y oídos apelan a nuestros sentidos buscando ya sea la continuidad o el cambio.

Los bombardeos sobre los electores parten de la base cuestionable de que los publicistas verdaderamente saben lo que necesitamos y que a través de las fórmulas propuestas por las diversas opciones políticas es posible definir el porvenir y encontrar como en los ?productos milagro? soluciones mágicas a problemas complejos.

La superficialidad manifiesta en el periodo de precampañas ha generado pocas esperanzas de que el periodo oficial de campañas, que se desarrollará durante abril y mayo, se caracterice por debates profundos que genuinamente pongan sobre la mesa soluciones específicas a desafíos concretos.

Al entregarse a las recetas fáciles de la demagogia y los lugares comunes, el sistema de partidos pareciera ignorar que los grupos más desapegados al ejercicio de la política como son los jóvenes, cada vez se alejan más de lo público al no encontrar propuestas razonables que puedan aligerar la difícil situación en la que se encuentran.

Lo anterior queda de manifiesto en los interesantes datos que nos provee el documento presentado por el Instituto Mexicano de la Juventud y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, con base en el Índice Nacional de Participación Juvenil (INPJ) 2014, elaborado por Ollin Jóvenes en Movimiento A.C. De acuerdo con este estudio, 45% de los jóvenes no simpatiza con ningún partido y sólo 15.6% piensa que la política es muy importante.

La investigación en referencia señala que las fuerzas políticas carecen de una auténtica vinculación con los jóvenes, a pesar de que, según cifras del INE, 29.27% del total de la lista nominal son personas de entre 18 y 29 años, lo que equivale a 25 millones 297 mil votos potenciales, mismos que podrían tener un valor estratégico en la siguiente elección.

La apatía de este segmento social está enraizada en una falta de interés ante los asuntos públicos que se mezcla con una gran desconfianza a los políticos profesionales que son vistos como ajenos a la problemática de los jóvenes en un ambiente donde los méritos personales son dejados a un lado por las influencias y la corrupción. El estudio concluye que nuestros jóvenes se sienten desanimados sobre el futuro porque piensan que para avanzar en el entorno laboral es necesario ?estar apadrinado?.

Sumado a lo anterior, el INPJ apunta que sólo tres de cada diez jóvenes, de entre 19 y 23 años, tiene acceso a la educación superior, dejando fuera de las oportunidades de superación personal a un dramático 70%. A este problema se adiciona el hecho de que entre 35% y 40% de los que comenzaron una carrera universitaria abandonan año y medio después sus estudios, básicamente por razones de precariedad económica.

La exclusión sistemática en el aparato de decisiones públicas, que se alimenta fundamentalmente de los procesos electorales, va definiendo un perfil de jóvenes desencantados, desempleados y con una educación trunca que ignora a la democracia porque no ve en ella estímulos suficientes para participar.

BALANCE

La evidencia con la que contamos nos demuestra que el déficit de credibilidad en las instituciones y los partidos políticos se viene fraguando desde hace varias décadas en generaciones de hombres y mujeres que si bien han venido creciendo en una atmósfera más democrática, no han encontrado en los comicios soluciones reales a sus problemas más urgentes.

En un contexto de desconfianza generalizada, el proceso electoral de 2015 debería centrarse más en atraer a nuevos votantes que  en apostar solamente a las clientelas tradicionales que conceden su voto con base en la costumbre o la lealtad partidaria. Como diría Edmund Burke: ?Nunca puedes planear el futuro a través del pasado?. Si en realidad queremos recuperar la credibilidad sobre nosotros mismos no podemos apostar a la apatía. Hacerlo sería suicida.

                Twitter:@pacoguerreroa65