Es increíble como un país, señalado por organismos internacionales como uno de los más represores en la libertad de expresión, nos puede enseñar que la corrupción en las esferas más altas del poder se puede combatir.

El ex director general de la estatal Corporación Nacional de Petróleo (Petrochina), Liao Yongyuan, fue expulsado del Partido Comunista (PCCh) por actos de corrupción.

EL PCCh tiene la mayoría de los delegados representantes, si no es que la totalidad de la Asamblea Popular Nacional de China, ha tenido el control desde Mao TseTung y se ha venido transformando internamente con el tiempo.

La campaña que ha hecho el presidente Xi Jinping para combatir la corrupción ha dado resultados escalofriantes con la creación de la Comisión Central de Disciplina e Inspección; organismo que acusó e investigó a Yongyuan por ?violaciones graves a la ley?, luego de que en Ecuador se destapara la red de corrupción.

Pues tan sólo en abril del 2013, los ecuatorianos exportaron 228 mil barriles diarios de crudo a Oriente, de los cuales dos fueron a petroleras chinas; entre ellas Petrochina (Taurus-Ursa),con quienes comercializaron 168 mil barriles; cuando el 100% del saldo exportable de crudo sólo se entregó a la paraestatal asiática.

Lo raro del asunto es que los ecuatorianos le vendieron a China a precio de camión y estos barriles se revendieron a los Estados Unidos a un mayor costo.

Lo que pasa con Petróleos Mexicanos es un caso muy deleznable, o por decirlo de una manera menos dolorosa, es un stando pero que da miedo y risa al mismo tiempo.

Romero Deschamps va por los 19 años al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, ha sido tres veces diputado federal y, por si fuera poco, dos veces senador de la República.

El senador priísta es una persona que ha evadido las discusiones de la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y la Ley General de Deuda Pública, por miedo o porque no le interesa, no lo sé, sobre todo cuando tiene una enorme responsabilidad al frente del sindicato.

Su tiempo vale oro, así es, vale 40 mil dólares cada vez que restira las mangas de su lujoso traje, cuando sale a relucir su Audemars Piguet Royal Oak, cada hora que marca son 50 mil pesos a su enorme cartera y los recibe sólo para gastos de viaje, estímulos económicos y 140 mil cuotas sindicales del gremio petrolero, según los datos de Fátima Monterrosa.

Su estilo de vida es característico de un hombre de empresas y negocios, pues con 35 años de legislador y ganando 11 mil pesos como un buen sindicalizado de Pemex, al tamaulipeco de 71 años le alcanza para eso y mucho más, hasta como para darle espectaculares viajes por el mundo a sus hijos y sus mascotas.

Es lamentable que la lucha contra la corrupción en el país sea sólo un espejismo, que se dicten las leyes y las normas que no se ejecutan. Me dueles México, por corrupto. A veces me dan ganas de vivir mejor en China y shalalá.

¿En qué momento el país de los charros dejó de ser un fuerte referente y superior a la gran nación asiática y shalalá?