La sorpresiva llegada de Manlio Fabio Beltrones a la dirigencia nacional del PRI para los peñistas, se da en un momento en que la institución presidencial pasa por sus niveles más bajos de popularidad de los últimos cuatro sexenios. Y es que de acuerdo a las mediciones dadas a conocer por el periódico Reforma, realizadas del 23 al 29 de julio, Enrique Peña Nieto se desplomó, tiene una aprobación ciudadana de solo el 34 por ciento y una desaprobación del 64 por ciento; pero entre los líderes de opinión que se suponen están más informados, la pérdida de popularidad es alarmante, solo un 15 por ciento aprueba su gestión, mientras que un 84 por ciento lo reprueba.

Y no es para menos, el presidente carga sobre sus hombros los casos Ayotzinapa, Tlatlaya, la fuga del Chapo Guzmán, la Casa Blanca, el fracaso de las reformas energéticas, laborales y educativas. Aun con los números que el PRI logró en la pasada elección no les da para echar campanas al vuelo en los comicios a celebrarse el próximo año en 12 entidades de la república, y mucho menos en el 2018. En este escenario adverso llega el PRI al relevo de su dirigencia nacional. En el equipo de Peña Nieto no hay un político consumado, experimentado, respetado y que tenga interlocución con todas las corrientes políticas, el camino era buscar fuera del equipo peñista alguien con esas características capaz de dirigir al tricolor en este momento crucial.

La figura de Manlio Fabio Beltrones se agiganta, pues no hay entre las filas del PRI otro político con las capacidades requeridas para operar y aglutinar a todas las fuerzas tricolores. El dilema del presidente era imponer a su amigo Aurelio Nuño Meyer, aun sin ser militante del tricolor, o bien, optar por el más capaz que le signifique un respaldo verdadero y finalmente triunfos electorales. Manlio Fabio conoce todas las reglas escritas y no escritas de la política mexicana, nunca ha dejado de ser poderoso en las filas del tricolor, súmele la fuerza que le impone el triunfo de Claudia Artemisa Pavlovich en Sonora. No lo elige EPN por ser su amigo, el mismo Manlio declara en el 2011, "hay relaciones amistosas con Peña Nieto, pero no es mi amigo" y no creo que las cosas hayan cambiado mucho.

No elegirlo, significaría para el PRI una derrota adelantada. Así que EPN lo elige porque él y su partido lo necesitan. Sin embargo las baterías de Manlio Fabio van enfocadas a otro objetivo. Públicamente ha expresado: ?Mi interés en la presidencia quedó claramente establecido cuando aspiré y competí en 2012 por la candidatura de mi partido; en su momento decliné por las razones que entonces expuse?. ¿Existen hoy esas razones? Por supuesto que no. ¿Podrán los peñistas frenar su aspiración a la presidencia de la república? Solo de pensarlo les da pavor. Para él alcanzar la dirigencia nacional del PRI ?es el inicio del cumplimiento de algo que siempre me ha resultado atractivo y que había buscado?. ¿Más claro? Así habla él.

Desde ahora podemos vaticinar que regresarán los tiempos del maridaje PRI-gobierno. Habrá una ?sana cercanía?, pues la ?sana distancia? inaugurada por Zedillo, no fue tan sana, dice, los hizo perder la presidencia en el 2000. Califica los sexenios de Fox y Calderón de ?12 años de tragedia panista?. Desde Insurgentes y Los Pinos tratarán de retener a toda costa la presidencia. Para eso Beltrones se pinta solo, es un político que dialoga y acuerda con todas las fuerzas políticas sean de derecha o de izquierda, nunca ha sido un político radical o sectario, tiene la destreza para jalar y aglutinar corrientes adversas a su causa.

Si los peñistas del grupo Atlacomulco o del debilitado grupo Hidalgo, pensaban que con la inclusión de Carolina Monroy del Mazo, prima de EPN, podrían controlar al PRI desde la Secretaría General, no será así con un político del norte de la talla de Manlio Fabio Beltrones. Ahora habrá que ver lo que dicen quienes dirigen al PAN, PRD, MORENA, PVEM, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza y Encuentro Social, que también tienen como objetivo Los Pinos para el 2018. No está descartada una alianza entre el PAN y el PRD. Otra gran alianza de las izquierdas progresistas entre Movimiento Ciudadano y MORENA, y por supuesto una alianza del PRI con su aliado natural el PVEM. Nueva Alianza y Encuentro Social, estarían entre la segunda o la tercera alianza.

CONCRETÍSIMO

?LA LLEGADA de Beltrones fortalece en cierta forma al grupo representado por Roberto Madrazo, eso no significa que Beltrones se peleará con Arturo Núñez, por quedar bien con Madrazo. Al contrario, el gobernador de Tabasco no tendrá ningún problema para gobernar el último tramo de su mandato y cumplirle a los tabasqueños. El PVEM, podría fortalecerse, hasta ahí llegan los tentáculos de Beltrones. En cuanto Manuel Andrade, lo más probable es que se vaya al comité nacional del PRI, pues en el Congreso del estado, su espacio estará muy acotado, José Antonio de la Vega le pondrá marcación personal. Así Beltrones arregla las cosas con un solo movimiento, deja que Arturo Núñez gobierne sin presiones y que el grupo de Madrazo se ponga más verde.

?EL SILENCIO DE los consejeros del IEPCT, sigue abonando a los escándalos, los invito una vez más a que salgan a los medios y transparenten todas sus actividades, además están obligados por ley a observar el principio de máxima publicidad en todos sus actos. Si los escándalos se hacen más grandes, ya no podrán pararlos ni con cientos de ruedas de prensa, pues habrán perdido credibilidad. En fin, veremos. joaquinperegrino@hotmail.com