Las elecciones del PRD el domingo dejaron al descubierto no sólo el cochinero que se registró en varias entidades de la república, sino lo que es más grave todavía, el uso de los programas sociales en los municipios gobernados por perredistas para sacar a votar a la gente, sobre todo a ancianos y personas con alguna discapacidad, como ocurrió en Tabasco.

Desde temprano las redes sociales comenzaron a dar cuenta de la maquinaria que echó a andar el PRD con la complacencia de los ayuntamientos para visitar los hogares de las personas de la tercera edad, a quienes se entregan apoyos a través de pañales, sillas de rueda, despensas, vales de carne, de gas o los inscritos en el programa "Corazón Amigo", del gobierno del estado.

Al PRD y a las autoridades no les importó que muchos enfermos y discapacitados fueran sacados de sus casas en sillas de rueda para llevarlos en vehículos a votar. Algunos incluso no sabían de lo que se trataba, en el trayecto les explicaban que tenían que marcar una cruz por la fórmula de su conveniencia.

Y es que en el caso de Tabasco, para variar la mayor parte de los presidentes municipales de extracción perredista compitieron para ser consejeros al igual que muchos funcionarios de los gobiernos estatal y municipal.

Por eso lo que ocurrió el domingo no fue otra cosa que un acto consumado de lo que ya algunas voces del PRD habían denunciado en la víspera de la elección: el desvío de recursos públicos, la coacción del voto y la intervención de los alcaldes en la jornada perredista.

Uno de los fundadores del PRD, Pablo Rodríguez Bonfil, había denunciado un día antes de la elección, que el coordinador de asesores del gobernador, Arturo Núñez y también aspirante a consejero, Agustín Silva, utilizaba recursos públicos para comprar líderes perredistas en todo el estado así como diputados locales a fin de que apoyaran su plantilla.

Como este tipo de señalamientos se dieron múltiples casos antes y durante la jornada, la cual no se duda sus dirigentes saldrán a presumir de democrática.

Pero eso no fue todo, con un padrón rasurado, durante la elección interna muchos perredistas,  funcionarios y líderes históricos del PRD se quedaron con las ganas de votar, como ocurrió al secretario de gobierno, Raúl Ojeda Zubieta; al fundador del sol azteca, Auldárico Hernández Gerónimo y la diputada local, Ana Bertha Vidal Focil, sólo por citar algunos.

Las trampas y el juego sucio entre las corrientes perredistas llegó incluso hasta las oficinas del Instituto Nacional Electoral (INE)  en el estado, quien se hizo cargo de la organización de las elecciones del PRD.  Ahí salieron a relucir las anomalías, inconformidades y denuncias detectadas durante la jornada.

No por nada, el todavía guía moral de muchos perredistas en Tabasco, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador. acusó al PRD, (el mismo que lo acobijó por muchos años) de ser un partido acostumbrado a cometer fraude electoral, a comprar votos, traficar con la pobreza de la gente y entregar despensas.

Así las cosas, el líder nacional de Morena no le auguró un futuro nada alentador al partido del sol azteca con ese tipo de prácticas luego de advertirles que una parte de la izquierda en México está próxima a desaparecer en las elecciones del próximo año.

Por lo pronto, de acuerdo con resultados preliminares, en Tabasco lo que ya se da por hecho es que quien pierde con esta elección es el gobernador, Arturo Núñez en su intento de apoderarse de los consejos políticos, estatal y municipales del PRD, dado que su coordinador de asesores, Agustín Silva, de la planilla Unidad por Tabasco, se encontraba en segundo sitio de las preferencias ante el diputado federal, Juan Manuel Focil Pérez de Alternativa Democracia Nacional (ADN), quien logró sobreponerse con el respaldo de los alcaldes perredistas.

Con cifras del INE, pasada la media noche, Focil Pérez se imponía con 19 mil 327 votos contra el candidato de Núñez Jiménez, que apenas alcanzaba 7 mil 372 sufragios. Sin duda una diferencia abismal e irreversible.

De este modo y con resultados adversos,  que no es otra cosa que un revés de la militancia hacia el gobierno del estado,  se dice que el mandatario local ya no podrá llevar mano en la elección de la nueva dirigencia estatal perredista  y por tanto en la selección de candidatos para las elecciones locales del próximo año.  ¿Usted qué opina?