Tal parece que los males del futbol mexicano se tratan de esconder debajo de una alfombra y cada vez es más evidente por actuaciones tan mediocres como la de Copa Confederaciones, que acaba de finalizar y lo más fácil es pegarle al director técnico, el cual se ha vuelto nuestro deporte nacional (me incluyo) pero esto va más allá de todas las rotaciones y libretitas con apuntes de colores.

El que no se pueda ganar un partido decisivo llámese quinto partido, final de Copa América, Copa Confederaciones es la suma de malas decisiones que los dueños del balón han metido debajo de esa alfombra tales como falta de autocrítica en el proceso pasado, se calificó al mundial y como el dinero se quedó ya no hubo un proyecto con vías a ser una de las potencias mundiales, tal parece que la proyección es calificar al mundial para que los patrocinios queden cubiertos, un mundo de partidos moleros que no aportan nada más que dólares a las arcas de la federación, todo esto queda reflejado en futbolistas que vienen más por obligación que por tener hambre de gloria y trascender con la verde.

Tenemos muy claro que se va a calificar al mundial caminando cosa que no pasaba hace mucho tiempo, récord ganador en partidos no trascendentes, un dominio en la zona la cual vive su peor momento desde hace 20 años, los números dicen que la selección va bien pero a la hora de la hora el resultado es fatal, la selección está lejos de ser una potencia, ojala algún día los dueños de la pelota saquen la basura debajo de la alfombra.