El procurador general de la república, Jesús Murillo Karam, expuso en conferencia de prensa que a partir de las investigaciones, y detenciones que ha realizado la PGR, se ha logrado llegar a ?la verdad histórica? de los hechos en los que 43 estudiantes normalistas fueron desaparecidos en Iguala, Guerrero.

Analizando los testimoniales, recreaciones y soportes científicos presentados a la opinión pública, no suena fuera de la realidad que en verdad los jóvenes hayan sido secuestrados, torturados, asesinados e incinerados.

Sin embargo, es prudente señalar que aún quedan preguntas sin respuestas y por lo tanto dar por hecho que lo que nos dice el procurador es concluyente, sería irresponsable.

 Pero más allá de lo anterior está la frase: ?la verdad histórica?. Y es que esa verdad a la que se refiere Murillo Karam no existe en México. Ejemplos hay cientos, nuestra historia está basada en mentiras pues las verdades son a conveniencia política.

¿Cuál es la verdad histórica de lo ocurrido en 1968 y 1971? ¿Cuál es la verdad histórica en la investigación del homicidio de Luis Donaldo Colosio? ¿Cuál es la verdad histórica en la cantidad de desaparecidos durante el sexenio anterior? Como esas hay cientos de interrogantes ante investigaciones desaseadas.

?La verdad histórica? en México es la oficialista, esa a la que al gobierno en turno conviene. Es tal la descomposición institucional en materia de procuración de justicia que prácticamente cualquier indagatoria de hechos tan sensibles como el de Iguala, provoca desconfianza.

Señor procurador, la verdad es aquella que se demuestra con pruebas, pero que está basada en la confianza que inducen quienes las exponen, y en este caso esa confianza en prácticamente nula. Esa sí que es una ?verdad histórica? .