En defensa de Enrique Krauze, responde Federico Arreola a mi columna de ayer sobre el artículo en The Economist, ?The mexican morass?. Respondo:

1. Arreola dice que yo dije que Krauze y el español Antonio Solá han dañado a López Obrador. Correcto, lo dañaron coincidiendo en la campaña de lodo contra él. Pero sobre todo dije que han dañado a México. De Solá, como mercenario, se entiende. Pero el historiador Krauze ha prolongado el daño al haber legitimado a Felipe Calderón y a Enrique Peña y sus políticas. Lo reitero porque no lo registra Arreola en su repuesta; y esto es en realidad el fondo de mi texto.

2. Arreola dice que yo dije que The Economist es una mala revista por criticar a AMLO con los argumentos de Krauze y Solá. No es así; dije que recurre a la frivolidad, la ligereza, la ruindad ideológica de descalificar como ?populista mesiánico? a quien considera beneficiario de la crisis de Peña.

3. A mí no me parece ni malo ni bueno The Economist; todos sabemos cuál es su línea y que ahora está preocupado porque Peña está cometiendo muchas tonterías poniendo en riesgo la reforma energética que tanto han ellos elogiado (hay que decirle al semanario que esas ?tonterías? son en realidad estructurales).

4. Dice que critico al semanario porque censuró un comentario mío a su artículo. No; añadí un pie de página en mi columna señalando el hecho como algo gracioso; sabía que lo iban a eliminar, pues escribí ?my balls? y ?f?.?.

5. Dice que yo dije que The Economist hizo buen trabajo cuestionando a Peña Nieto. No; escribí que hizo un análisis más o menos certero de la crisis actual de su héroe caído (del semanario, aclaro), ?atribuyéndole en compensación una autoridad previa a la crisis que nunca tuvo correlación con una legitimidad social?.

6. Sugiere Arreola que no sé distinguir entre la mercadotecnia, ?Un peligro para México?, de Solá, y el análisis, ?elaborado con rigor analítico?, de ?El mesías tropical?, de Krauze.

Sea serio, Don Fede, por favor, como le dicen sus seguidores, que todos sabemos la diferencia entre ambos productos o materias (y sí, reitero mi crítica a ese rigor krauziano que usted elogia: ideología y psicologismo). Pero también sabemos que en 2006 coincidieron, en una sincronía extraordinaria, la campaña de estiércol de Calderón-PAN-Solá-CCE, con el lanzamiento del texto de Krauze, publicado con amplia difusión el 1 de junio; un mes antes de la elección. Necesitaría ser muy ingenuo Krauze para pensar que estaba publicando un ensayo académico, para pensar que el texto de un amigo de televisa, de los empresarios, del sistema en general (siempre validó con mínimas críticas al PRI o a muchos de sus gobernantes y a Fox), no iba a entrar en juego contra el puntero de las encuestas. Si su interés era meramente ?científico?, pudo haber publicado el texto en agosto o septiembre de 2006 o un año antes.

Krauze no es ingenuo, siempre ha sido político y conoce bien sus actos. Por lo mismo fue a hacer campaña en contra de Hugo Chávez en Venezuela blandiendo un libro nada científico (y entrometiéndose en un asunto interno como hace ahora el impresentable y carente de legitimidad Calderón)). El historiador ha relatado también sus encuentros con Salinas para dar su importante opinión sobre su sucesor (con cita en Los Pinos y todo): ¿Camacho, Aspe o Colosio? También se sabe de los encuentros entre el propio Krauze y AMLO negociando no sé qué cosas. ¿Quién es el inocente aquí? (Y en relación al contenido de ?El mesías tropical?, he escrito ya una detallada réplica que republicaré). Además, un ser mediático como Krauze no va a publicar un texto para que quedara empolvado en los cubículos; ¿cierto?

7. Según Arreola estoy dominado por ?pasiones ideológicas? que debo dejar de lado. Bueno, para empezar, cada cual tiene sus pasiones (incluso el propio Federico); las mías van más allá de la ideología.

8. Lo que no registra Arreola en su respuesta es lo más importante, reitero: el fondo de mi texto: que más allá del daño al individuo López Obrador y más allá del mercenario del estiércol, se encuentra el papel que Krauze ha jugado como legitimador de los regímenes de Calderón y Peña que han llevado a México a la debacle al impedirse el arribo a la presidencia de otra opción política distinta al fracasado (para la mayoría, claro) neoliberalismo. ¡Y ahora se queja The Economist! Lo dije así:

?? porque al legitimar a los dos últimos encargados del poder ejecutivo, ha legitimado asimismo sus políticas: la guerra contra el narcotráfico y sus decenas de miles de muertos, desaparecidos, desplazados; el casi nulo crecimiento económico; la carencia de empleo; la pérdida de la esperanza de un futuro mejor a través del estudio y de una sociedad democrática; la poca credulidad en el proceso electoral; la desconfianza casi absoluta en las instituciones en las condiciones actuales; la desconfianza en el ejército, la marina, las fuerzas policiacas de todos los órdenes; la burla de los congresistas y magistrados; la imposición de reformas constitucionales; etc.?.

Y añadí como conclusión:

?El sistema neoliberal tal como se ha practicado en México y por quienes se ha aplicado, no funciona; nunca lo ha hecho. Tendrán que asumirlo y aceptar el cambio alguna vez. De otra manera, tragedias como Ayotzinapa y Tlatlaya, la corrupción abierta, la impunidad y la injusticia continuarán prevaleciendo en el país. Hasta que estalle.?.

 

P.d. Acéptelo, Don Fede, Enrique Krauze ha sido más político que ?objetivo científico social? (si es que tal figura existe).