La semana pasada le escribí sobre la circunstancia y consecuencias que enfrenta el país por la baja significativa en el precio internacional del petróleo. Le decía entonces que nuestro nivel de riesgo era por las debilidades estructurales que padecen nuestras finanzas públicas, por la alta dependencia que tenemos del hidrocarburo. Es una situación no sustentable y que cada día nos expone más a graves consecuencias financieras, un pendiente que debemos resolver.

Al respecto, y hacia julio de 2013, en pleno hervor por el paquete de reformas estructurales que entonces se debatía con gran dureza en la opinión pública, su escribidor publicó un texto titulado: ?La reforma fiscal es insuficiente, se necesita una reforma hacendaria?. Ahora, 18 meses después, considero que recobra valor periodístico ante la coyuntura económica y fiscal en que nos encontramos, y por ello se lo comparto integro a continuación:

?Todo proyecto de inversión requiere de un elemento esencial: viabilidad financiera. Esto significa que el proyecto sea sostenible, que sea autosustentable, que con el paso del tiempo genere los ingresos necesarios para pagar sus costos, y que además proporcione una ganancia, una rentabilidad, un premio que recompense por el esfuerzo y los riesgos incurridos.

Lo anterior no es exclusivo de las empresas, también debe visualizarse en la administración pública. Es necesario que un modelo de país lo contemple, es imperativo que una nación se diseñe con viabilidad financiera.

Siguiendo el ejemplo, en el caso de un país, los costos del proyecto son el gasto público, el gasto que el estado debe realizar para atender las necesidades de su población. La parte de la ganancia, equivale a la inversión, al excedente que la nación debe generar para realizar inversiones que la vuelvan más productiva, más competitiva. Por ejemplo en infraestructura.

Entonces, para que una economía pueda hacer frente a su gasto público, para que un país pueda generar lo necesario para invertir y ser competitivo, necesita un sistema de ingresos suficiente, uno que le permita sostenerse en el tiempo, uno que cubra sus necesidades actuales y futuras, uno que le conceda pensar en las generaciones siguientes y planear a largo plazo.

México no cuenta con dicha viabilidad financiera, el país tiene un serio problema estructural en las finanzas públicas. En México, la hacienda pública soporta egresos constantes en el tiempo con ingresos no permanentes. El diseño fiscal de la nación es endeble, las salidas de dinero son ineludibles, pero las entradas de recursos no tienen soporte.

¿A qué se debe este problema estructural? Se origina en dos factores. Primero, la alta dependencia de los ingresos petroleros. Y segundo, la baja recaudación fiscal. Vamos por partes.

México tiene una alta dependencia de los ingresos petroleros, los necesita para enfrentar el gasto público. Un primer dato, el déficit fiscal del país es cercano al 1% del PIB, pero si se eliminara el ingreso petrolero, sería próximo al 5%. Otra cifra, los ingresos petroleros, representan casi el 33% de los ingresos presupuestarios del país, una tercera parte pues.

Como se puede apreciar, en México es necesario el ingreso petrolero para poder vivir, la viabilidad financiera del país está anclada en el petróleo. El problema es que esto no es sostenible, y no lo es por dos aspectos. Uno, porque el precio del petróleo es altamente volátil, se rige por el mercado, no depende de nosotros. Y dos, la más importante tal vez, ¡Porque el petróleo se va a acabar!

 

Sobre la mesa otro par de datos. En 2011, la producción de petróleo fue 25% menos que la máxima obtenida en 2008. Asimismo, durante la celebración del 75 aniversario de la Expropiación Petrolera, el Presidente de la República, informó que las reservas probadas se agotarán en diez años. Nada más.

 

Como usted puede ver, tratándose de ingresos petroleros, México depende de dos imposibles: primero, de que la suerte lo acompañe, y segundo, de que el tiempo no transcurra. Esta es la viabilidad financiera que tenemos.

 

Vamos ahora con la baja recaudación de impuestos. En México, la recaudación fiscal como porcentaje del PIB, ronda el 18%, mientras que en los países de la OCDE, el promedio es de 33%. Respecto a nuestros principales socios comerciales, el dato mexicano también es mínimo, Estados Unidos anda por el 26% y Canadá por el 31%.

 

Tenemos una recaudación muy pobre, muy baja, insuficiente si se desea invertir lo necesario para ser competitivos, y muy escasa si se piensa en combatir la desigualdad social. Así no se puede pensar en crecimiento económico.

 

Las causas se originan en varios elementos, pero permítame mencionar sólo el de la informalidad, el de la evasión. Voy de nuevo con dos cifras. El total de contribuyentes registrados ante el SAT, representa menos del 50% de la Población Económicamente Activa. Significa un alto índice de evasión, un sector informal muy amplio. Se estima que debido a la evasión fiscal, México deja de recaudar alrededor de 5% del PIB, una barbaridad. Cinco puntos porcentuales del PIB representan un mundo, seriamos otro país. Claro, bien utilizados.

 

Como usted puede observar, en cuestión de ingresos tributarios, México depende de que muy pocos ciudadanos, continúen pagando los gastos de todos los mexicanos. Otra vez, esta es la viabilidad financiera que tenemos.

 

¿Necesita México una reforma fiscal? Sí, sin duda. Pero más aún, necesita una reforma hacendaria, no hay análisis sensato que pueda negarlo. Aun si hoy en día los recursos se utilizaran con total honestidad y eficiencia, el modelo no es sostenible, no tiene cimientos, necesita cambiarse.

 

Urge darle viabilidad financiera al proyecto de país, al proyecto de todos. Es forzoso que minimicemos la dependencia del petróleo y que aumentemos la recaudación de impuestos. No sólo es el camino más lógico, sino que es el único posible. Privilegiemos los argumentos.?

 

Como se puede apreciar, es evidente que no hemos cambiado un ápice y que tampoco estamos próximos para hacerlo. A ver cuánto más nos aguantan los dedos en la puerta.

 

Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le corresponde a usted.

 

Con gusto recibo sus comentarios en Twitter: @oscar_ahp