Son ?súper personas?, tienen varias carreras, practican deporte como si fuesen profesionales, pueden hablar en varios idiomas, manejan a la perfección un instrumento musical, han ofrecido ayuda en los rincones más desfavorecidos del planeta, y han convertido sus hobbies en una provechosa afición, han estudiado en las grandes universidades, y el futuro está en sus manos.

Tendría que estarlo con un currículo así, pero también están llenos de miedo, inseguridad, angustia y timidez. Apenas muestran preocupaciones intelectuales y desconocen qué quieren hacer con su vida, más allá de ganar dinero a manos llenas, buscan seguir el camino que profesores y padres han construido para ellos, y por supuesto, conseguir la aprobación de los demás.

Esta es la paradoja que existe en la vida de los universitarios de los centros de élite de todo el mundo, esta es una tesis realizada por el profesor de Yale William Deresiewicz, que ha expuesto en su libro ?Borregos excelentes?, la mala educación de la élite americana y el camino a una vida plena, publicado por Free Press.

Son excelentes porque cumplen todos los requisitos para entrar en una facultad de la élite, pero es una excelencia muy limitada, ?son chicos que cumplirán todo aquello que les mandes?.

Los valores estudiantiles de hoy

Los valores que rigen los grandes centros educativos han cambiado por completo aunque, en apariencia, sigan defendiendo la excelencia y el auxilio de los más desfavorecidos. La auto exaltación y estar al servicio nada más que de ellos mismos para conseguir una buena vida pensada sólo en términos del éxito convencional (riqueza y estatus) en donde no existe ningún compromiso real con el aprendizaje, el pensamiento o convertir el mundo en un mejor lugar, son los valores que rigen el comportamiento de estos alumnos.

Los alumnos no son los culpables, sino las víctimas

Los responsables son los institutos privados, los ambiciosos padres, al sistema de admisión, a las grandes marcas universitarias y los empleos donde éstos supuestamente serán contratados, en general es parte de la mentalidad de clase media-alta.

Amo y soy UNAM pero que dios no permita que mis hijos estudien ahí

En México la mayoría de los hoy ejecutivos que ocupan cargos de jerarquía en sus empresas o en el sector gobierno, son egresados de la UNAM o de Instituto Politécnico Nacional, pero han sido manipulados por la mercadotecnia de las grandes universidades mexicanas de élite que son por supuesto privadas para irles ?abriendo? el camino a sus hijos estudiando en estos centros educativos privados con la idea de que así y sólo así conseguirán un futuro mejor por supuesto económicamente hablando y con la idea de que estos nuevos licenciados algún día se convertirán en CEOs de una gran empresa nacional o trasnacional. Estos padres en su mayoría realizan grandes esfuerzos para brindarles a sus hijos la comodidad de automóviles de lujo para asistir a sus centros educativos y una vida parecida al éxito que ?no se han ganado por sus propias manos? esto los vuelve vulnerables y con una enfermiza aversión al riesgo. ?Por definición, nunca han experimentado algo que no parezca éxito?, pero nunca llegan a reflexionar sobre si realmente desean ser ricos y poderosos.

El  mundo real mexicano

Las universidades privadas no plantean ningún problema, no tienen más que seguir el camino preestablecido y todo irá bien. Además, los cursos no son muy exigentes, se ha llegado a un  ?pacto de no agresión? entre profesores y estudiantes, por el cual los alumnos son ?clientes? que reciben altas calificaciones a cambio de un esfuerzo mínimo. Mientras tanto, los profesores siguen profundizando en sus proyectos de investigación, lo que realmente garantiza que reciban incentivos económicos.

Es después de abandonar los estudios cuando la realidad se presenta amenazadora. ?Por supuesto que están estresados?. ?Nunca han tenido la posibilidad de encontrar su propio camino. El problema es que hay un momento en que dejan de decirles qué tienen que hacer?. Y cuando llegan a pedir trabajo, se encuentran con la triste realidad de que los puestos de trabajo para ellos son de aprendizaje y  lo que sus padres pagaron por su educación es mucho mayor a lo que las empresas les ofrecen como sueldo.

Delirios de grandeza y depresión son dos de los grandes problemas a los que tienen que enfrentarse. El primero, ocasionado por el hecho de que sus padres les hayan dicho que son los mejores y los más listos desde su infancia, un refuerzo positivo que desaparece en el momento en que se dan cuenta de que, no son especiales. Han dejado de medir su valía de forma realista, lo que provoca que su autoestima se desmorone a la primera de cambio.

Claro, hay unos pocos que sus padres cuentan con empresas que sus hijos heredarán o cargos políticos que les permitirán colocarlos de entrada en puestos de dirección que tendrán que aprender a manejar y esa es la verdadera preocupación de sus progenitores y es ahí donde nuevamente este tipo de personas terminan siendo ?borregos? para acatar las reglas del status y la conveniencia económica para garantizarse su puesto en la élite. ¿Usted ha visto o conoce a alguno con estas características?