Después de 2 años de gobierno priista lo único que se ha definido  claramente es el retorno de la peores prácticas dentro del ejercicio del poder, ahora sí encaja perfectamente la exacta definición que Vargas Llosa hiciera en su momento a un estado decadente y despótico. 

Luego de la caída del muro de Berlín, por fin el comunismo había sido derrotado plenamente y ahora sí el mundo entero entraría de lleno en la modernidad, por lo tanto el progreso arribaría solo y la supremacía de la democracia se impondría por sobre los totalitarismos comunistas; nada ha sucedido, solo que desde antes de que Reagan y Thatcher se convirtieran en iconos fundamentales del neoliberalismo, ya las infames teorías fondomonetaristas existían y se inculcaban a los fastuosos miembros de las élites financieras, no como una enseñanza, sí como el dogma emitido por un grupo de fanáticos de la opulencia, la avaricia y el genocidio.

Así que en pleno siglo XXI es México un país subdesarrollado  en todos los sentidos, lo peor es que el fundamento del partidazo, es el económico y ahí es donde precisamente han fallado rotundamente, nuestra economía está tan mal, que personajes tan nefastos como Miguel Ángel Mancera han recurrido a proposiciones económicas básicas para tratar de darle un poco de credibilidad a su infame figura pública; los salarios en México no solo son escandalosamente exiguos, además contribuyen al deterioro de las condiciones de las  clases trabajadoras, con las cuales el gobierno debería estar trabajando.

Pero no es así, la propuesta de Mancera al incremento del salario mínimo pudiera constituir una obligación estatal, porque la economía no crecerá mientras no se reconstruya todo el andamiaje social que la sustenta; esto tan básico no aparece en ningún informe o declaración que hayan hecho los miembros de la élite que nos gobierna; lo planteado por Mancera puede interpretarse como el fracaso total de las promesas hechas por Peña Nieto, y esto es constitutivo de la realidad nacional.

Nosotros los ciudadanos de a pie tenemos una visión de la realidad muy distinta a la de los servidores públicos que poseen la responsabilidad legal y constitucional de proveernos todos los derechos contenidos en la Constitución; por ejemplo la seguridad de todos los ciudadanos es un tema fundamental para la simple convivencia social; aquí el fundamentalismo priista aflora y nos señala que pues es cuestión de percepción; así el señor Monte Alejandro Rubido, quien está incluido en la nómina pública oficial con un alto cargo, afirma que los niveles criminales han descendido, esto es imposible, apenas el 15 de septiembre  de este lamentable año, la ciudadanía indefensa sufrió otro de los embates de las fuerzas públicas que deberían protegernos, el cateo a los infantes no necesita ser denunciado por ninguna organización o persona alguna, si los garantes del Estado de Derecho cumplieran con sus obligaciones, a estas alturas tendríamos en la cárcel y condenados a miles de servidores públicos que cotidianamente delinquen y jamás son molestados.

Las condiciones plenas para que el monarca ejerza su poder son perfectas, la crítica, que es uno de los caracteres fundamentales en los seres humanos, en la dictablanda es sencillamente un delito, nadie debe cuestionar al rey y a sus lacayos, para eso existen los medios de comunicación, solo se difunde lo bonito y lo hermoso de los actos públicos; el PRI retorna al poder con el vigor y la energía que históricamente lo caracterizan, solo que este PRI no es producto de ninguna revolución, el poder por el poder únicamente.