Colonizando territorios avanzaban del viejo continente en todo nuestro continente  diferentes naciones y diferentes intereses promoviendo dioses y santos, la superstición, la inquisición, con la espada detrás y la cruz de frente. 

México no fue la excepción, mediante apariciones milagrosas y dudosas lograron retener nuestra conciencia mediante una empresa que debe mandar la mayoría de sus ganancias al otro lado del mundo y ha perdido su ideología por completo. 

?Déjame trabajar y no me opongo?, así le dice la Iglesia hoy en México al Estado y no necesita seguir la Inquisición para percatarnos de esta mancuerna, la iglesia se encarga de anestesiar las conciencias mientras el Estado lo aprovecha maquiavélicamente.  

Opinar sobre la Iglesia en México no significa no creer en Dios, contrario a eso, es ir a los textos originales, al Cristianismo original del que unas instituciones nos han alejado como sociedad mostrándonos todos los domingos solo los mismos párrafos de siempre por nuestra negligencia de no buscar y documentarnos mejor. 

El credo en una sociedad es muy importante para su bienestar y mientras sigan vendiéndose las bendiciones y la verdad no se va a poder avanzar. Nuestros misma educación e historia hoy nos pide esa transformación, que la gente quite toda pereza para así como en lo secular estudian para no ser engañados en otras cosas, en lo espiritual hagan lo mismo.

Si se compara al cura Hidalgo con otras figuras de la independencia de otros pai?ses de Ame?rica Latina, e?stas se notara?n extremadamente blandas, mientras que Hidalgo fue radical. Miguel Hidalgo lanzó una rebelio?n, la lanzó de verdad, en busca de la transformacio?n profunda del viejo orden. Estamos ante un cura revolucionario y esta no es la imagen que construyo? de e?l la historia oficial, que no estaba interesada en un cura contestatario, que conocía la verdad y sus derechos.  

 México hoy necesita de esos líderes, de la talla de Martín Luther King o el cura Hidalgo, líderes que le hablen a la gente con la verdad, que no sólo entorpezcan sus conciencias con vanas repeticiones y guíen toda esa energía de la gente en cosas que hagan cambios sociales positivos y no sólo la ocupen para ponerlos a hacer "mandas" o sacrificios  .