Está bien, he traicionado a Andrés Manuel López Obrador. Es lo que dice Andrés Manuel. Lo afirman, desde luego, las personas con las que más convive y a las que tuve el gusto de tratar durante años. Y en las redes sociales casi a diario se me acusa de haber cometido la grave falta de la traición.

De mi terrible pecado he hablado muchas veces desde que Andrés Manuel me acusó, en 2012, de haber falseado los datos de la encuesta de Ana Cristina Covarrubias. Acusó también a la señora Covarrubias. Que diga cosas espantosas acerca de mi calidad moral, lo entiendo: soy exactamente lo que él quiera que sea. Pero insultar y calumniar a Ana Cristina, representa sin duda una falla moral de Andrés.

Cada vez que escribo lo que honestamente pienso del gobierno de Enrique Peña Nieto me preocupa, claro que sí, lo que los partidarios de Andrés Manuel que me lean vayan a decir de mí. No me gusta, obviamente no, que me digan ?vendido?, ?chayotero?, ?traidor?, ?mierda del periodismo?, etcétera.

Pues bien, creo que el sexenio de Enrique Peña Nieto pasará a la historia por dos razones:

1.- Las reformas estructurales que han cambiado a México. Nuestro país es otro y es un mejor país, con mayor competencia económica, con programas sociales, más preparado para garantizar el éxito de inversiones nacionales y extranjeras.

2.- El nacimiento del gran partido de izquierda que, ante la destrucción moral del PRD, tanta falta hacía. Morena es una obra maestra de la política.

Desde luego, Morena nació en el gobierno de Peña Nieto, pero no gracias al presidente ?tampoco con EPN en contra? ni su construcción empezó este sexenio. Morena es la obra de un artista de la política, López Obrador, y de muchos operadores y simpatizantes que han colaborado con él desde el fraude electoral de 2006. Yo mismo, modestamente algo hice. Si soy traidor se debe a que estuve ahí, cerca además de los liderazgos, sobre todo del propio Andrés Manuel.

Las reformas estructurales tampoco son el producto solo de lo que Peña Nieto ha hecho este sexenio. Las intentaron otros presidentes y fracasaron. Los primeros anuncios de su compromiso con las reformas los hizo EPN, con Luis Videgaray a su lado, desde que era precandidato a la Presidencia. Pero seguramente pensaba en cómo sí lograrlas desde que, como gobernador en el Estado de México, veía la incapacidad política de Felipe Calderón para conseguir los acuerdos que se necesitaban.

Las reformas son la gran cosa. Cito un artículo de Peña Nieto publicado en El País: ?En un periodo de tan sólo veinte meses, México ha concretado 11 reformas que representan un logro histórico. Su aprobación implicó un profundo esfuerzo para realizar 58 modificaciones a la Constitución, 81 cambios a diversas leyes secundarias, la creación de 21 ordenamientos jurídicos y la abrogación de 15. De igual manera, se constituyeron 3 nuevas instituciones y se fortalecieron 13 ya existentes?.

En ese diario Peña Nieto sintetizó las reformas:

1.- Para elevar la productividad se realizaron seis reformas: la energética, la de competencia económica, la reforma en materia de telecomunicaciones y radiodifusión, la hacendaria, la financiera y la laboral.

2.- Para fortalecer el ejercicio pleno de los derechos, se llevaron a cabo tres reformas: la educativa, la del juicio de amparo y la del código de procedimientos penales.

3.- Para afianzar el régimen democrático y de libertades se aprobaron dos reformas: la político-electoral y la reforma en materia de transparencia.

Solo los necios pueden negar que ese es un gran trabajo.

No lo mencionará Peña Nieto ?no tendría por qué hacerlo y hasta se expondría a fuertes críticas si lo hiciera?, pero en su informe podría saludar a Morena como el logro político más importante en su gobierno. Un logro que no es del gobierno, sino de la oposición, de ahí su relevancia democrática. Conste, solo el nacimiento de Morena es algo para presumirlo. Por ahí surgieron otros dos partidos, tan insignificantes o bien tan identificados con intereses políticos oscuros que no reflejan las virtudes de nuestro sistema, sino sus defectos.

¿Cómo le va a ir a Morena en las elecciones? No tengo idea. Espero que le vaya muy bien. Será, eso sí, el único partido de izquierda. El PRD, ya en agonía, trabaja para convertirse en un satélite del PAN, el partido de la derecha. Pero existe el riesgo de que el panismo no acepte a los perredistas. ¿Qué aportan Los Chuchos? Dinero, marrullería, capacidad para grillar en Palacio Nacional. Pero los votos de izquierda, ya no los tiene el PRD. Y si el PAN lo que busca son esos votos, no los encontrará.

En fin, estamos ante el México nuevo con un nuevo partido de izquierda que aspira a derrotar, en la democracia, a los viejísimos PRI y PAN.