Entre los periodistas mexicanos, no solo Pedro Ferriz de Con incursionará en la política. Se conocen las intenciones de este, reveladas por su amigo de toda la vida y compañero de bailes ridículos en el Teletón, Joaquín López-Dóriga. Según Julio Hernández, de La Jornada, Ferriz se irá al PAN. ¿Es ya el tercer precandidato panista a la Presidencia, después de Gustavo Madero y Rafael Moreno Valle? Elisa Alanís, en su video, lo ve más bien como aspirante presidencial independiente. Personalmente, pienso que Ferriz fracasará como candidato tanto militando en un partido como por fuera del sistema. No cae bien y, además, no sabe tragar mierda. Y como la política es el arte de comer caca, dar las gracias y pedir más pues, ni hablar?

¿Los otros periodistas en la política? Están en los planes del PRD. Así lo ha dicho Julio Hernández en su columna: Los Chuchos ?exploran posibilidades de 'candidaturas ciudadanas' a diputaciones federales con nombres en la agenda como José Woldenberg, Juan Ramón de la Fuente, Agustín Basave y otros académicos e investigadores, e incluso tal vez algún periodista?. ¿Habrá periodistas capaces de lanzarse a buscar un cargo de elección nominado por el perredismo? Seguramente sí, siempre hay suicidas.

Joaquín López-Dóriga se pregunta, en Milenio, dónde está López Obrador. El periodista responde: buscando la consolidación de Morena para ser candidato en 2018. Según Joaquín las cuentas que AMLO hace le dan a Morena entre 6 y 8 por ciento de la votación, lo que le ?asegura vida a Morena para 2018, su candidatura presidencial, y recursos, con posibilidades, además, de convertirse en la tercera fuerza electoral, según su cálculo, por encima del PRD, lo que para él sería una doble victoria?.

Desde luego, Morena presentará como candidatos a periodistas e intelectuales. No a López-Dóriga, por dos razones: Joaquín es más de derecha que de izquierda, y no le ha llegado aún la hora del retiro. De Televisa saldrá pronto: la televisión y el envejecimiento no se llevan. Pero en la radio podrá durar mucho tiempo. Si Jacobo Zabludovski puede, López-Dóriga estará otros 10 años por lo menos en los micrófonos. Sus ratings no son malos. Ya no es el líder, pero sigue bien ubicado.

Los periodistas, si supieran tragar mierda, serían muy buenos políticos. Ya dominan el arte de la Chilindrina o la Chimoltrufia, en el que son expertos los políticos. Es que no hay hombre de Estado que así como diga una cosa no diga la otra. Los mismos priistas que rechazaron durante décadas la reforma energética hoy la aplauden. López Obrador, durante años, denunció a los integrantes de la mafia empresarial que financiaron el fraude de 2006, solo para terminar teniendo como su principal asesor a Alfonso Romo, uno de los empresarios que más hizo para que Felipe Calderón llegara por las malas a Los Pinos. Los panistas conquistaron la Presidencia prometiendo que acabarían con las tepocatas y víboras prietas de la política y la economía, pero durante 12 años gobernaron ?es un decir? obedeciendo a tales víboras prietas y tepocatas.

Los periodistas así son. Raymundo Riva Palacio, uno de los que más elogiaban, todavía hace muy poco tiempo, al jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, hoy le ve todos los defectos del mundo. En su columna de este miércoles en El Financiero Riva Palacio dice que Mancera ?no muestra alas para volar, y sigue dilapidando su capital político en la ciudad de México?; que ?parece no tener mucha fortaleza?; que ?Mancera ha dejado a la ciudad de México sin una voz crítica de la izquierda, como existió desde que Cuauhtémoc Cárdenas se la arrebató al PRI en 1997?, y que incluso Ebrard ?tiene una voz política más sonora que su sucesor?. Ya veremos, pronto, al mismo Raymundo elogiar a Mancera. Así es el periodismo. En efecto, tan chimoltrufio como la política.

En mayo, Jonathan Heath, de Reforma, destacó en sus artículos publicados en ese periódico y en entrevistas que dio a otros medios, que se cumplían todos los requisitos para diagnosticar que México estaba en recesión. ?El Inegi está reconociendo oficialmente la existencia de una recesión económica?, dijo. Pero como dice una cosa dice otra. Hoy, en Reforma, publica numerosos argumentos para refutar a otros periodistas y analistas, que seguramente porque en mayo leyeron al señor Heath siguen entercados en que no hay crecimiento. El caso es que Heath demuestra con tantos elementos estadísticos como los que usó para ?probar? la recesión hace tres meses, que la economía mexicana está ahora en franca recuperación. O sea, ahora le da la razón a Luis Videgaray, al que antes se la negó. Las cosas están exactamente igual en agosto que en mayo. Pero según Heath pasamos de la catástrofe a casi el paraíso. Y se lanza duro contra los que le creyeron sus análisis de mayo y ahí se quedaron.

En un blog de El Economista, la señora Yolanda Morales, insiste en que la economía está mal y que, por eso, la gente desaprueba el desempeño de la actual administración. Cita una encuesta de Pew Research, que seguramente está bien hecha. Pero que la gente sienta que no hay crecimiento no significa que esa es la verdad.

La verdad es que hay una terrible guerra contra las reformas estructurales. Las han atacado muchos, en los medios y en las redes sociales. Los empresarios han desacreditado la reforma hacendaria porque les aumentó los impuestos; los maestros han cuestionado la reforma educativa porque pretende poner orden en el sector; los nacionalistas revolucionarios de izquierda no dejan de descalificar la reforma energética porque piensan, erróneamente, que se ha vendido el país a los capitalistas extranjeros; los monopolios no están contentos con la reforma que los obligará a competir?

El gobierno ha respondido con estrategias mediáticas interesantes, pero no todas eficaces. Hace tiempo un funcionario me preguntó qué debería hacer el equipo de comunicación de Los Pinos para equilibrar las opiniones negativas que se generan en Twitter y Facebook. Le dije que no sabía. Si hoy me volviera a preguntar, le respondería que sigo sin saber qué deben hacer ellos, pero que ya descubrí que es lo que no debe hacer el gobierno: provocar a los tuiteros con ejercicios periodísticos tan absurdos como la entrevista colectiva de siete periodistas con el presidente Enrique Peña Nieto. Por cierto, al moderador de la entrevista, José Carreño Carlón, director del Fondo de Cultura Económica y exvocero de Carlos Salinas de Gortari, le pareció ?razonablemente exitoso? tal ejercicio. Lo dijo en su columna de El Universal. Me pregunto en qué mundo vive. Carreño es un buen ejemplo de que los periodistas metidos a políticos son un chasco.

El gobierno de Peña Nieto va muy bien. Lo atacan por las reformas, pero pronto se le elogiará por los resultados de las reformas. El crecimiento se está acelerando y será más fuerte muy pronto. Lo que está bien hecho da buenos resultados, a pesar de los obstáculos. Hace bien EPN en difundir sus logros en los medios, sobre todo en comerciales de TV, que me parecen bien hechos. Los anuncios a nadie molestan. La gente está acostumbrada a ellos. Todos los políticos los usan, hasta AMLO que manda a las instituciones al diablo en todo menos en lo relacionado a aparecer en TV. ¿Para qué, entonces, echar a perder las cosas con entrevistas ?razonablemente exitosas? que solo molestan a los críticos y criticones de las redes sociales?