Ríos de tinta se han vertido en el diagnóstico de la corrupción como un mal endémico de nuestra sociedad. Las ?buenas conciencias? se rasgan todos los días las vestiduras, denunciando la incapacidad del sistema político para encontrar respuestas efectivas a un problema que ha dañado profundamente a nuestra economía y que estigmatiza a nuestro país en el mundo.

Conscientes de la gravedad del problema, tanto el presidente Peña Nieto como los partidos, vienen trabajando, desde diciembre de 2012, en un entramado institucional que pueda sentar las bases de un modelo efectivo para extirpar de las entrañas de la nación un fenómeno de participación colectiva y generalizada, que se extiende a todos los niveles y que no respeta ideologías ni colores políticos.

Como lo han señalado distintas organizaciones sociales, la lista de pendientes del Congreso en este tema es larga y de atención urgente. No se podrá avanzar en la materia, más allá de las denuncias y los escándalos semanales, sino se cuenta con la normatividad que brinde a las autoridades herramientas efectivas para perseguir y castigar los actos de corrupción.

A pesar de que se registran algunos avances, el rezago legislativo se centra en finiquitar nombramientos y procesos legales que permitan a los futuros responsables iniciar con actos concretos una nueva estrategia contra la corrupción.

Con 11 reformas estructurales aprobadas es urgente que el combate a la corrupción pase de los discursos hacia un paradigma renovado que vaya más allá de la indignación y las denuncias, y se concentre en brindar resultados objetivos que manden la señal a todos los sectores sociales de que este propósito va en serio.

El Senado ya ha aprobado la creación de un órgano anticorrupción. Sin embargo, la Cámara de Diputados aún continúa revisando las facultades y alcances de esta novel institución. Inexplicablemente, el asunto se ha venido rezagando ante otras cuestiones que han ganado mayor atención de l@s legislador@s.

A pesar de que ha sido aprobada la sustitución de la PGR por la Fiscalía General de la República, aún no se concreta el cambio institucional correspondiente, retrasándose su proceso de implementación. La nueva instancia autónoma deberá contar con una fiscalía especializada encargada de combatir los delitos de corrupción. Sin embargo, los plazos se han vencido, produciéndose un vacío legal y operacional que implica la ausencia de nombramientos específicos, incluyendo también el del Fiscal de Delitos Electorales.

La dilación de la agenda legislativa en los temas del combate a la corrupción debería ser motivo de preocupación de tod@s l@s mexican@s. Cada día que pasa sin que se puedan delinear las bases de un modelo de combate a la corrupción, significa un día más de degradación social y de conformismo ante un problema de enormes efectos en el desarrollo del país.

En tanto la corrupción sólo se atienda a través de denuncias periodísticas, escándalos e investigaciones imperfectas e inconclusas, las nuevas generaciones seguirán a merced de una suerte de metástasis de deshonestidad y malas prácticas que se han arraigado en muchas operaciones mercantiles y de negocios a lo largo de nuestro territorio.

BALANCE

A partir de la aprobación de las reformas estructurales existe la justificada exigencia de los medios de comunicación, de empresarios y de capitales internacionales, para que en el nuevo modelo de negocios, que vendrá en la energía y las telecomunicaciones, se hagan a un lado las viejas prácticas de la corrupción y que en los años por venir se puedan transparentar ejercicios, operaciones y ganancias.

Con oportunidad, el presidente Peña Nieto presentó las iniciativas anticorrupción, recibiendo el respaldo de todas las fuerzas políticas. Por desgracia, en los hechos, la atención a este delicado tema ha venido menguando ante la urgencia de resolver otros pendientes. Con el inicio del periodo ordinario de sesiones en septiembre se abre un espacio para completar el diseño legal e institucional de un nuevo paradigma de combate a la corrupción. Ya se ha desperdiciado mucho tiempo. Urge que completen la faena.

                Twitter: @pacoguerreroa65