O sea que si nadie mete gol, si el partido queda cero-cero, no hay donación para córneas, casas, trasplantes,? por parte de las empresas. Si no se dona al Teletón, no hay contraparte y no se atienden a los niños con múltiples necesidades. Y ahora, una nueva idiotez internacional: se acepte o no el reto de bañarse con un cubo de agua helada, habrá que donar una cantidad para?

¡Qué vasta es la estupidez humana! Pudiera argumentarse que las buenas causas justifican todo; pudiera ser. Lo que no justifica la razón ni el gusto es que tenga que emplearse una excusa, cualquiera que sea, aun la más vulgar o la más estúpida, como esta de echarse agua helada encima, para llamar la atención y donar dinero para?

Y a final de cuentas, no se trata de si se meten goles o no, si se gasta demasiada agua o no, sino de la mezquindad de someter la solidaridad, la ayuda, el humanismo real, a actos intermediarios que pueden fallar o no ser cumplidos para?

Simplemente, este ?reto? parece para retrasados. ¿Por qué mejor no actuar de una buena vez sin payasadas, sin farsas, sin mezquindades en favor de revertir las condiciones miserables en que vive gran parte de la humanidad? ¿Por qué no actúan los famosos, los políticos y los ricos de manera regular a favor de las buenas causas?  Aquellos que no han aceptado el ?reto? idiota del agua helada y han decido donar sin necesidad de ello, han hecho mejor; el oportunismo de los políticos mexicanos, naturalmente, ha aflorado de inmediato junto a esta estupidez para?