En nuestros días es pertinente determinar si como liberales es conveniente aprovecharse de la ciencia que ya existe como tecnología generando los bienes que requiere la sociedad, o generar nueva ciencia orientada a la productividad. 

Esto nos obliga a tener que analizar cuál de las dos propuestas debe considerarse como preferente. Desde luego que ello nos obliga a tener que examinar las ventajas de una y otra. 

Hace unos días estuvimos en una cesión con damas del Club Rotario de Montemorelos, en la que el conferencista invitado nos platica del proyecto de su empresa productiva, orientada a la sustentabilidad y la creación de la ciencia que aproveche en todo lo que vale los derivados de los cítricos. En ello al parecer utilizan la nanotecnología. De manera que generando o separando las moléculas dominantes y buscando el uso en productos sustentables para la creación diferentes sustancias de uso medicinal o en el área de la Química industrial. Si bien la explicación fue muy importante por la forma en que están expandiendo la empresa por todo el mucho, también fue muy importante el plantearnos el gran problema que enfrenta el uso de la tecnología. 

Es lo que el conferencista ha llamado creatividad, descubrimos que consiste en la generación de nuevos productos orientados a la satisfacción de las necesidades de la sociedad, pero que sean capaces de generar ganancias económicas. 

De esta manera pareciera que la empresa está impregnada de aquello que para los griegos fue la virtud de la liberalidad, en la que destaca la habilidad para generar grandes cosas con el dinero para el bien de la humanidad. 

Es que el planteamiento principal consiste en que el uso de la generación de la productividad con la ciencia y la tecnología tiene dos aspectos que el conferencista nos ilustra con un magnífico símil, pues nos habla de dos océanos, el azul y el rojo. De este último refiere a la generación de la riqueza desde luego satisfaciendo las necesidades de la sociedad, pero en estado de competencia, en el que la productividad consiste en reducir los costo para abaratar los productos, con el consiguiente efecto de pagar menos a quienes se encargan de producir, es decir, que son los trabajadores los que tienen que rendir mucho con poco salario. Esto ante el principio dominante de que se tiene que hacer más cosas con menos recursos económicos. 

Del océano azul nos habla de la generación de la ciencia, de manera que conlleva también la conversión en tecnología para llegar a generar los bienes para la sociedad, pero con menos costo, mejores beneficios y con ello mejores salarios para los trabajadores. Desde luego ante el hecho de que no existe competencia que enfrentar ni costos que reducir para colocar el producto más barato en los consumidores. Lo sustentable y la energía que hace permanente la generación de riqueza consiste en la permanente búsqueda de nuevos productos, de nuevos conocimientos y de esa manera se considera que jamás existirá la competencia que genera la pobreza en el Mar Rojo. 

Así mientras la debilidad del Mar Rojo está centrada en una competencia que obliga a reducir los costos para que el producto sea asimilable por el mercado; en el mar azul no existe esa competencia y por lo tanto no existe la necesidad de reducir los costos. De manera que mientras en el Mar Rojo se reduce el sueldo de los trabajadores para no mermar las utilidades de la empresa, en el mar azul existe la oportunidad de generar un buen sueldo sin que esto merme las utilidades de la empresa. 

De esta manera al generar la ciencia y convertirla en tecnología para satisfacer las necesidades sociales, es preferente ante el solo uso de la tecnología en un ambiente de competencia. Esto porque entre mejor se pague a los trabajadores de seguro se resuelven los problemas sociales. 

Si se considera que la delincuencia surge en muchos casos del estado de necesidad de quienes no tienen lo suficiente para sobrevivir, y prefieren delinquir para solventar sus necesidades; entonces ante el hecho de eliminar esa extrema necesidad, se considera posible evitar la delincuencia. No son pocos los testimonios de quienes han delinquido por necesidad, que ante una oportunidad de ganar bien con un trabajo honesto, jamás vuelven al mal camino. 

Nadie que tenga una mediana felicidad y su trabajo sea suficiente para darle felicidad a su familia, estará en condiciones de delinquir o de arriesgar su libertad. Lo cierto es que cuando el sufrimiento es extremo y la dificultad para satisfacer lo más indispensable es muy difícil y se gana poco cuando se trabaja más y más duro; entonces sí delinquir es fácil, es casi seguro que el delito es latente en cada persona. 

Durante alguna época de la humanidad se orientó a la empresa para generar lo que satisficiera la necesidad de las personas de menos recursos, con empresas en las que se les diera trabajo para que ganar bien, mientras que los dueños sacrificaban sus ganancias y vivían con modestia. Si examinamos las causas de las revoluciones cuando el poder está centrado en una minoría que vive de lo mejor, mientras que la pobreza se generaliza en una mayoría a la que es prendida la mecha  que hace explotar fácilmente los conflictos bélicos. 

¿Cuánto tiempo durará la paz que muchos medianamente disfrutamos al vivir más o menos bien? ¿Acaso no es posible una revolución si no se toma la responsabilidad de convertirnos en grandes empresarios moderados? 

¡Pensemos!