La intención de tener un Congreso más eficiente, ha venido concibiéndose desde el año 2009. En ese entonces el presidente Felipe Calderón lanzó la propuesta, sin embargo, los legisladores -incluyendo de su mismo partido- no secundaron la misma y terminó por ser desechada, ya que ella no representaba la modernización del Legislativo, sino los intereses particulares de grupos.

En el año de 2011, en México, la gran esperanza, Enrique Peña Nieto (en aquel entonces aspirante y hoy Presidente de los mexicanos) propuso la eliminación de 100 Diputados, el argumento principal se centra en la conformación de mayorías para una mejor gobernabilidad y consenso dentro de la vida política de México.

El sistema político de México se encuentra en total transformación, muestra de lo anterior es la discusión y aprobación de cada una de las reformas que el Presidente Enrique Peña Nieto envió al Congreso, lo cual intensificó la actividad legislativa y dotó al Estado Mexicano de nuevos marcos normativos funcionales, eficientes y acorde a los nuevos tiempos.

Sin precedente alguno, la Reforma Política sienta las bases para consolidar un sistema político más funcional, donde la eficiencia, dinamismo y mayor participación del ciudadano rigen el actuar de la nación. 

 Al existir mayores atribuciones para el Congreso fortalece y hace más estrecha la relación entre éste y el Poder Ejecutivo y al tenor de esta nueva relación, surge la iniciativa de generar modernidad y consensos, pues si se tratara en un futuro de realizar un Gobierno de Coalición o de ratificación de las propuestas para diversos cargos del gabinete del Presidente, sin lugar a duda deberá prevalecer el interés nacional y existir una praxis política que permita la generación de estos momentos, en términos de cordialidad.

Por ello, tener un Congreso conformado por una Cámara de Diputados con 400 integrantes en lugar de 500 y un Senado con 96 miembros restando 32, permitirá:

 Un Congreso eficiente, moderno y dinámico es necesario para el México en transformación.