Lilly Téllez es una periodista profesional muy conocida. Nos puede caer bien o mal, pero lo cierto es que hace su trabajo con seriedad y profesionalismo. En su cuenta de Twitter ella sintetiza su trayectoria en muy pocas palabras: ?Periodista. 20 años en Azteca. De Sonora y Ensenada?. La invitaron a participar, con otros seis periodistas, en una entrevista colectiva al presidente Enrique Peña Nieto. Ahora mismo tal ejercicio periodístico se está transmitiendo en distintos medios, inclusive en portales de internet como SDPnoticias.com.
Pues bien, en Twitter los resentidos de siempre la están linchando. No hablo de todos los tuiteros resentidos, que son bastantes y entre los que seguramente yo debo incluirme. Hablo de los que odian a EPN, que básicamente son los de izquierda.
El odio es un derecho. Así que tienen derecho a expresar su resentimiento en la forma en que se les pegue la gana. Muy su gusto o muy su problema. Como siguen sin perdonar a Peña Nieto por haber ganado las elecciones de 2012, esta vez han decidido golpearlo a él por la vía de golpear a una de las personas que lo están entrevistando.
Pudieron haber elegido para lapidarla a cualquiera otra de las figuras periodísticas que en la entrevista colectiva participan ?Ciro Gómez Leyva, Denise Maerker, León Krauze, etcétera?, pero por alguna razón pensaron que especialmente debían golpear a la señora Téllez.
Así lo han hecho. No creo que ella le preocupe. Experiencia le sobra y sabe que así son los fanáticos. Ya entrevistará Lilly Téllez a Andrés Manuel López Obrador. Entonces será considerada, por los mismos que hoy la insultan, una heroína. Así son. Así hay que aceptarlos. Son los campeones del ?si no estás conmigo estás contra mí?.
Los fanáticos no perdonan a nadie. Ni siquiera a un periodista tan identificado con las mejores causas de la izquierda, Julio Hernández, de La Jornada.
A Julio buscaron destruirlo cuando a AMLO le pareció que el columnista de La Jornada ofendía a Morena. No era cierto. Julio Hernández normalmente no insulta a nadie. Había criticado a Morena y a López Obrador, nada más. Pero en ciertos ambientes la crítica objetiva se toma como agresión personal.
¿Qué debió haber hecho Lilly Téllez según los que tanto la han injuriado en redes sociales? En vez de preguntar a EPN en la entrevista, agredirlo. Para los exaltados que defienden con excesiva pasión su causa, solo hay un periodismo válido: el que aplaude y celebra de mil maneras al líder que siguen, mientras gruñe con toda clase de ofensas y burlas a los políticos rivales. La serenidad y la objetividad periodísticas simple y sencillamente no las consideran aceptables.