A veces o casi siempre desde hace un par de años, que escucho las declaraciones de los altos funcionarios mexicanos cierro los ojos y me imagino que está hablando un coach o director técnico de futbol, claro para el caso de nuestro país un técnico mediano o malo. Y esto me parece más divertido por supuesto por eso esta columna la voy a relacionar el futbol con la política.

Cuando Jorge Vergara tomó o compró a las Chivas de Guadalajara, declaró y prometió que iba a convertirlas en el equipo más ?importante del mundo? y claro eso no ha pasado aún, inclusive este equipo cada vez es más mediocre en su actuar deportivo y se encuentra ya en peligro de descenso o muy cerca de esto.

Sería sumamente estúpido y populachero que un político declarara que con su dirigencia, México llegará a ser el país más importante del mundo, pero muchas de las promesas de campaña de los presidentes o aspirantes a ello han sonado a veces a esta patraña. Las Chivas siempre se han caracterizado por ser un equipo autosustentable en lo que a figuras y jugadores se refiere, inclusive para poder jugar en este equipo se tiene que nacer mexicano ya que su constitución no admite extranjeros, al igual que el petróleo mexicano hasta hace poco.

Jorge Vergara en un momento de desesperación y populacherismo hacia los fanáticos de las Chivas contrató los servicios de Johan Cruyff y su empresa para hacer de las Chivas un gran imperio futbolístico, como dicen que el holandés hizo con el Barcelona y la selección holandesa. Algo así como lo que la reforma energética busca hacer al atraer y abrir la explotación petrolera a los grandes consorcios internacionales, pero el resultado fue otro, no se obtuvieron los resultados esperados y ni por mucho se acercó a lo prometido por Jorge Vergara, claro, esto resultó en un pleito en el que el coach holandés terminó diciendo que el problema de las Chivas, ?es su dueño?.

Enrique Peña en sus discursos y bajo el escondite mediático de los spots de radio y televisión nos ha venido diciendo que la reforma energética va a generar ?cientos de miles? de empleos, tarifas mucho más accesibles de electricidad y gas natural, cosa que no ha dicho de la gasolina por ejemplo y que el detonante del crecimiento económico de México, está en dichas reformas.

¿Y si en realidad Peña sólo nos está mareando como Vergara con sus caprichos?

Imagínese un desencanto más, y que en lugar de crecer económicamente, los índices de devaluación e inflación se disparen, que los energéticos sean cada vez más caros y nuestras familias recientan el duro golpe del desengaño.

Claro, siempre se podrá acudir al patrioterismo o fanatismo y decir que las cosas se hicieron lo mejor posible, pero dentro de los posible para alguien que dirige, siempre hay cálculos reales y no mentiras, eso hace de un directivo alguien triunfador pero hasta hoy Enrique y su equipo no han demostrado nada, sólo hay promesas como lo haría cualquier director técnico de recién ingreso a un plantel que dice que con ciertos jugadores va a ganar el campeonato y de los 18 equipos del campeonato, sólo uno alza la copa y los demás solo esperan al siguiente torneo o como mexicanos, sólo esperaremos el siguiente sexenio lleno de esperanzas para unos fanáticos como los de las Chivas, ya cansados de tantas promesas de sus dirigentes. Por eso creo que el desempeño de México como economía y sociedad, está mal dirigido por quienes contratamos para hacerlo.