Ayer SDPnoticias dio a conocer que, en Los Pinos, se estaba grabando una mesa de análisis y debate periodísticos en la que participaban el presidente Enrique Peña Nieto y siete periodistas: Ciro Gómez Leyva, Lilly Téllez, Pablo Hiriart, Denise Maerker, Pascal Beltrán del Río, León Krauze y José Carreño Carlón, este último como moderador. La Presidencia produjo el video que se difundirá, esta noche, en algunas televisoras públicas y privadas, lo mismo que en el canal o los canales de YouTube del gobierno de México.

La noticia llamó la atención de no pocas personas en las redes sociales. Algunas de ellas me preguntaron por qué no se invitó a esa mesa de análisis o entrevista colectiva a dos profesionales del periodismo muy populares entre el público de izquierda, Carmen Aristegui y Julio Hernández. No conozco la respuesta, desde luego. Pero, como no está prohibido, voy a especular un poco.

En el caso de Julio supongo que no se le tomó en cuenta porque lo suyo no son los medios electrónicos ni se dedica a hacer entrevistas a diario o al menos dos o tres veces por semana. Y creo que a Carmen no se le convocó porque, casi seguramente, ella no hubiera aceptado participar.

Ser uno entre siete no es un rol que fácilmente acepten representar periodistas que se sienten si no estrellas, al menos únicos. Se necesita cierta dosis de humildad para que profesionales del periodismo exitosos como Ciro Gómez Leyva, Denise Maerker y León Krauze ?Ciro es líder en la radio, Denise la única que ha cruzado el pantano de Televisa sin la mancha de la falta de credibilidad y León triunfa en la televisión en español de Estados Unidos? acepten compartir créditos con comentaristas o columnistas menores.

El periodista vive de su imagen y exige todos los reflectores para sí mismo. No es sencillo dejar el programa o el diario en el que cada uno es la estrella para compartir el protagonismo ¡con seis colegas! Para hacerlo se necesita humildad y, además, realizar un gran esfuerzo para no buscar acaparar el micrófono.

En su columna de hoy martes en Milenio, Gómez Leyva habla de que ese es un ?formato difícil que complica la posibilidad de contrapreguntar, como en una entrevista tête à tête?. A algunos periodistas podría parecerles inaceptable, por difícil de procesar, un formato de siete contra uno. A otros el formato les tendrá sin cuidado, pero rechazarán participar en un ejercicio como ese por temas de imagen. No estoy seguro que Carmen Aristegui estaría dispuesta a hacerlo. No por vanidosa, que sin duda no lo es, sino porque lo que ella vende es ser ?diferente?. Le ha ido bien así, no necesita cambiar su estilo.

Julio Hernández es columnista, un gran columnista. Como le llamó la atención la entrevista colectiva o mesa de análisis de los siete periodistas y el presidente Peña Nieto, lo primero que hizo en cuanto leyó la nota de SDPnoticias fue confirmar si era cierto lo que nuestro sitio había publicado. Así, me preguntó y le contesté. Supongo que preguntó a otras personas. En su columna simplemente dio a conocer la información. Y, si le parece interesante, ya dará su opinión acerca de lo que hicieron con EPN los periodistas Ciro Gómez Leyva, Lilly Téllez, Pablo Hiriart, Denise Maerker, Pascal Beltrán del Río, León Krauze y José Carreño Carlón.

Ojalá Julio Hernández nos regale, en su columna de La Jornada, una opinión sobre esa entrevista colectiva. Si no fuera mucho pedir, valdría la pena que Julio calificara a cada uno de los siete periodistas, ya que, supongo, algunos lo hicieron mejor que los otros y con certeza uno fue el peor de los siete. Que Julio nos diga cuál.

¿Y lo que dijo EPN en la entrevista colectiva? Habrá que analizarlo. Duró hora y media el ejercicio. Supongo que da para muchos comentarios de todo tipo.