Manuel López San Martín, en La Razón, dice que ?calladito? el hombre de confianza de Miguel Ángel Mancera, el diputado local Manuel Granados, ya es oficialmente militante del PRD ?y a partir del 7 de septiembre ocupará un asiento en el Consejo Nacional?.

Como Granados no se mueve sin el visto bueno del gobernante capitalino, al colaborador de La Razón le inquieta la jugada que ellos traen entre manos.

Si Granados perdió la neutralidad ?no militaba en ninguno de los partidos políticos de izquierda; como Mancera, sí?, significa que tanto él como el jefe de gobierno capitalino han decidido, en la hora de las definiciones, apoyar al PRD, lo que significa darle la espalda a Morena.

Era lógico que eso ocurriera. Si bien Andrés Manuel López Obrador ha sido muy cuidadoso en su trato con Miguel Ángel Mancera, los militantes de Morena y no pocas de sus figuras más representativas, han actuado como los peores enemigos del jefe de gobierno.

Más que a decisiones impopulares pero necesarias, como el Hoy no Circula sabatino, Mancera debe la caída en sus niveles de aceptación en las encuestas a las campañas de desprestigio orquestadas desde Morena, en la que lo ven como un traidor por llevar buenas relaciones con el presidente Enrique Peña Nieto.

Mancera, pues, usará toda su fuerza política, que es enorme ?su popularidad, todavía elevada, y el control electoral que el GDF tiene en la capital mexicana? en primer lugar para ayudar al PRD en las elecciones de 2015, y en segundo para detener el avance de Morena.

Pasado el trámite de 2015, que a todos en la izquierda va a poner en su lugar, vendrá el 2018.

Si la izquierda busca ir unida, tal vez habrá otra encuesta nacional. Con las siguiente preguntas: ?¿Si las elecciones fueran hoy, por quién votaría usted para candidato presidencial del PRD y Morena? ¿López Obrador? ¿Mancera??.

¿Quién tendrá más apoyo en 2018? ¿Quién lo tiene hoy? Personalmente veo a Mancera como un contendiente de AMLO mucho más fuerte de lo que resultó el hoy abaratado Marcelo Ebrard en noviembre de 2011.

Ojalá en el PRD y Morena impere la madurez y, después de las elecciones de 2015, empiecen a construir un proyecto de unidad para 2018. Porque, separados, los dos partidos van a naufragar.