El asunto del gobernador poblano Rafael Moreno Valle, tiene varias lecturas y por ende, algunas lecciones que enseñar a quienes hacen del estereotipo una ley y del prejuicio un dogma

¿Cuáles son los rasgos que delinean a un buen gobernante? ¿Es el hombre culto, un hombre sabio y por ende un buen gobernante? ¿es el congreso estatal un contrapeso del poder virreinal? ¿a qué temen Moreno Valle y los gobernadores que reaccionan desproporcionadamente a la protesta y a la crítica?

Existen por lo menos 5 mitos, que la administración de Moreno Valle echó por tierra y que la mayoría de las personas considera que son condiciones del buen gobierno y de un buen gobernante. A saber...

1.- La preparación académica.- El mito del hombre culto como requisito del gobernante sabio, justo y ético, no solamente es falaz, sino peligroso.

El actual presidente, Enrique Peña Nieto fue duramente criticado por el dislate de los tres libros en la FIL, pero entre quienes promovieron el linchamiento público figuran historiadores que no pueden ignorar que Lázaro Cárdenas, uno de los mejores presidentes –acaso el mejor después de Juárez- que ha tenido México, sólo cursó hasta el tercer grado de instrucción primaria.

Rafael Moreno Valle es un hombre cuya instrucción –la educación es otra cosa- no pudo ser mejor y más elitista. Estudió las licenciaturas de Economía y Ciencias Políticas, las cursó en Lyncoming College, en Pennsylvania, una de las más caras, antiguas y prestigiosas de EUA. En la Anáhuac estudió Ciencias Religiosas –de ahí el nombramiento de diácono- y el doctorado en leyes en la Universidad de Boston.

El gobernador poblano es el botón que demuestra que escolarización no es sinónimo de educación y mucho menos de conciencia ciudadana, valor civil o solidaridad con los otros.

2.- La representación ciudadana.- El mito del contrapeso del poder se fractura en los congresos de todas las Entidades, pues han demostrado bailar al son que les toque el virrey del Estado.

A propósito, Enrique Cárdenas Sánchez afirma en “Los congresos locales, ¿cero a la izquierda?” 

“En Puebla, el Congreso del Estado, en el que están representadas nueve fuerzas políticas y conforme a la información disponible, ha votado por unanimidad (o sin ningún voto en contra) en alrededor del 80% de las iniciativas de ley que han pasado por el pleno en las dos últimas legislaturas. En el caso de la llamada “ley bala”, la votación fue de 32 votos a favor y 5 en contra (2 de MC, 2 PT y 1 PVEM)

(…)No funcionan los Congresos locales y por lo general es el Ejecutivo quien materialmente legisla en el Estado, sin enfrentar oposición o cuestionamiento real”

3.- ¿Fuego amigo?- Un análisis a fondo del modus operandi de las plumas al servicio del gobernador poblano, demuestra que en aras de “quitar golpes” al virrey, desviaban la atención de los errores, dislates y desvaríos del funcionario, al achacarlos a sus enemigos.

Es decir, los extravíos eran mero invento de sus adversarios. Los desmanes eran “ataques políticos” y de pronto, el victimario inepto e irresponsable se convertía en víctima de la mala fe de sus adversarios y de calumnias e infundios de sus enemigos políticos (¿?)

Así las cosas, no sólo en Puebla, sino en prácticamente todo el país.

3.- La cuna política.- El mito de los que saben gobernar por genética, es más común de lo que parece.

En Chiapas, Puebla y Coahuila –por ejemplo-,  son los hijos, nietos y hermanos de ex funcionarios que la memoria selectiva ha colocado en el santoral político de sus terruños, los señalados por el dedo –dedazo- divino como herederos –virreyes- del poder que ostentaron sus consanguíneos.

La paradoja del asunto es que estos príncipes de la política no dudarían en hacerse una transfusión si así conviniera a sus propios intereses, cuestión que a nadie debe sorprender, pues aprendieron bien la lección –el ejemplo arrastra- que les inculcaron en casa.

4.- El consenso virreinal.- El mito de la libertad de expresión aplica en todo el territorio mexicano, pero Moreno Valle le da una nueva dimensión y ayuda a realizar un ultrasonido de los modus operandi –viles e infames- de las plumas al servicio del poder y el poderoso de turno.

¿Cuánto cuesta “la imparcialidad” de algunos medios de comunicación poblanos”? ¿cuánto eroga la administración por “el consenso” en el Congreso? ¿Fue necesario que muriera un niño para que la prensa y los legisladores rompan “el consenso” de larga data que apoyó al infame y autoritario gobernador poblano? ¿qué lección envía todo este asunto a los demás virreyes?

5.- El miedo a las redes sociales.- Seamos claros, en las redes sociales, los gobernantes y la clase política en general tiene la batalla perdida, pero es tal vez por eso por lo que esta forma de protesta no solamente es aún poco relevante –aunque cada vez cobra más poder- por la cantidad de bots, tuitstars a sueldo, mentiras y desinformación que pulula en la Red.

Lo que es un hecho, es que los gobernantes tienen miedo a la protesta que es capaz de mover a la gente del asiento frente a la computadora o del sillón frente a la TV. Es decir, a la protesta real.

Las balas de Moreno Valle en Puebla, la cárcel de Javier Duarte en Veracruz y el –fallido- garrote de Manuel Velasco en Chiapas, muestran las desproporcionadas reacciones de los gobernadores de los estados ante la protesta y la critica y al mismo tiempo, eso es de alguna manera un termómetro del buen gobierno.

¿Será que como afirmaron los clásicos, “el poder está en el pueblo”? ¿Será?

¿Usted qué opina estimado lector?