O “¡Traidores a la patria!” son las formas que adquiere la gravísima acusación que suena cada vez con mayor frecuencia en San Lázaro, en la medida que avanza el proceso de aprobación de las leyes secundarias en materia energética, una de las cuales, la Ley de Hidrocarburos, salió adelante el lunes 28, después de que durante cinco horas fueron desechadas una tras otra las 200 reservas que defendieron en tribuna los diputados de los tres partidos considerados de izquierda, también sobre las leyes de Inversión extranjera, Minera y Asociaciones Público Privadas, previamente aprobadas.

Sin embargo, salió triunfante sin siquiera despeinarse la muy eficaz aplanadora de los legisladores de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional –el PRIAN realmente existente desde los tiempos de Carlos Salinas en Los Pinos y Diego Fernández de Cevallos como su principal interlocutor blanquiazul–, y las franquicias Verde Ecologista y Alianza Nacional.

Sin embargo, el hidrocálido Rubén Camarillo olvidó la circunstancia de ser conocedor del tema como ingeniero químico que es y trabajador de Petróleos Mexicanos que fue, para aplastar a sus pares de las izquierdas y hacerle el trabajo sucio a los del tricolor que no se ensuciaron las manos: “No hay sustento técnico y menos racional, porque es sólo la postura de estar en contra de todo y a favor de nada. No hay propuestas, sólo descalificaciones. Si esa es la postura que satisface a la izquierda, pues que se lo coman”.

La sentencia del ex secretario de Desarrollo Económico del gobernador Felipe González (1998-2004), el que en 2006 acudía al Senado con pistola hasta que los colegas lo exhibieron, fue más lejos al recordar la frase de Carlos Castillo Peraza, “éste es un triunfo cultural de Acción Nacional”. La omisión del nombre del autor muestra que a los que abandonan las filas de los partidos, deslindándose de sus excesos políticos con ropajes ideológicos, nunca obtienen el perdón.

Y fue cuando adquirió mayores decibeles el griterío de los izquierdistas hasta que no faltó diputada priísta que con más obligación que cualquier otra cosa, incluida la convicción, revirara: “Los que se oponen a la modernización son los verdaderos traidores a la patria”.

Si a la señora le asiste la razón, pues no tenga usted duda, el patriota número uno de México, porque fue el que emprendió mas “modernizaciones”, es Salinas de Gortari. Sólo que difícilmente un legislador o político profesional se plantará frente a un micrófono a decirlo, a defenderlo.

Hasta Luis Videgary postula que el crecimiento económico, de 2.2 por ciento, anual promedio en los últimos 33 años, “es mediocre”. Como también Héctor Aguilar, el brillante defensor de las políticas presidenciales desde 1988, no intenta siquiera descalificar a los mexicanos que no comparten los magros resultados obtenidos con las privatizaciones parciales o totales a partir de 1982.

Además, no deja de ser demasiado indicativo que un salinista de hueso colorado, como Marco Antonio Bernal, tamaulipeco de Matamoros, presida la Comisión de Energía de la Cámara baja.    

Con todo, los riesgos de las acusaciones mayúsculas son enormes, porque ignoran lo fundamental, que la disputa es por proyectos, visiones y paradigmas que pueden beneficiar más a los que las enarbolan y quizá al país. Y que con descalificaciones tan gruesas las posibilidades de debatir quedan nulificadas.

Y si estamos ante traiciones será preciso actuar en consecuencias y no quedarse en las protestas testimoniales, donde ni siquiera fueron capaces de converger la diversidad partidista de las izquierdas y el movimiento social que aún está en las calles.

Acuse de recibo

“Siento una mezcla de gusto y dolor tras leer esta perla de franqueza que evidencia la amarga realidad, la angustia y la descomposición social que vive el estado de Michoacán que funcionarios gubernamentales aún quieren, en la era del internet, que parezca una suerte de paraíso terrenal. Es Michoacán un botón de muestra y premonición de lo que sucede o sucederá en todo México si no confrontamos la mentira como lo que es. Copio tu Utopía a diversas personas de Amnistía Internacional Sección Mexicana, con la invitación y en la esperanza de que, después de un análisis profundo pero de extrema urgencia, ya sea la Sección Mexicana o Amnesty International adopten al doctor José Manuel Mireles como preso de conciencia de un gobierno psicópata, o al menos como uno de ellos, porque claro que no es el único. Tal vez así ceda este gobierno ante la presión internacional”. El comentario de Laura Cervantes es sobre Interrogantes y denuncias michoacanas (27-VII-14)… Mi queridísimo Diego Alberto Prado Méndez ingresó ayer a la mayoría de edad. Si Angélica Méndez Zamora (su señora madre) lo viera, no lo reconocería… Natura Olivé Olivé llegó al puerto de Veracruz en el barco Mexique, el 27 de julio de 1939, con los Niños de Morelia que huían de la barbarie de Francisco Franco. Antes arribaron el Sinaí y el Ipanema.

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