“En la Cámara de Diputados se discute esta semana establecer en ley la posibilidad de que el gobierno federal asuma directamente una parte del pasivo laboral de Pemex, siempre y cuando la empresa y sus trabajadores alcancen un acuerdo para reformar el régimen de pensiones. Esta es una buena idea para Pemex y para las finanzas nacionales”.
Eso lo ha dicho, en un artículo publicado en Milenio, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
¿Por qué es una buena idea? Porque si “uno de los objetivos esenciales de la reforma energética es fortalecer a Petróleos Mexicanos ante un nuevo entorno abierto a la competencia”, comenta Videgaray, la “propuesta logra exactamente eso, atendiendo una de las debilidades financieras más graves que Pemex enfrentará en el futuro”. Y es que “para poder competir con grandes empresas globales es necesario que la empresa reduzca su pasivo laboral mediante una reforma a su régimen de pensiones”.
Videgaray menciona cálculos actuariales: “El pasivo pensionario de la empresa ronda los 1.7 billones de pesos, es decir una cifra cercana al 10 por ciento del producto interno bruto de México. Para poner esta cifra en perspectiva, basta señalar que el valor actuarial del pasivo pensionario de Pemex supera en más de dos veces el saldo de la deuda financiera de la empresa. Con esa carga, que Pemex tendrá que enfrentar en las próximas décadas conforme se retiren sus trabajadores, la empresa pública de todos los mexicanos estaría en clara desventaja para competir”.
De ahí la necesidad de reformar el régimen pensionario de la empresa nacional: “Es un cambio clave para lograr tener un Pemex fuerte y exitoso en los años y décadas por venir”.
Pero, debe quedar claro, “la decisión de reformar o no el régimen pensionario es solo de la empresa y de los trabajadores”. Si estos modifican el régimen pensionario “el gobierno federal podrá asumir una proporción del pago de pensiones y jubilaciones por un monto equivalente a la reducción en el pasivo laboral que resulte de la reforma de pensiones que se acuerde. Es decir, por cada peso de ahorro que la reforma pensionaria genere, el gobierno asumiría otro peso”.
Videgaray no deja de mencionar “la mayor crítica a esta propuesta”: La relacionada con el impacto que tendría en las finanzas públicas.
Apunta el secretario de Hacienda: “Se ha dicho y escrito que se pretende favorecer a Pemex a costa del erario público. La realidad es que el impacto neto sobre las finanzas públicas nacionales sería positivo”.
¿Por qué sería positivo?
1.- Porque “Pemex ya es, y seguirá siendo, parte del sector público federal. Todos los gastos que hace Pemex, incluyendo los pagos de pensiones y jubilaciones, ya son parte del Presupuesto de Egresos de la Federación”.
2.- “Por lo tanto, trasladar un peso de pago de pensiones de Pemex al gobierno federal no modificaría el gasto público, simplemente sería un cambio en el lugar en que se registra en el presupuesto federal”.
3.- “Trasladar un peso de deuda pensionaria de Pemex al gobierno no incrementaría la deuda pública total, pues la deuda de la empresa pública ya es hoy deuda pública”.
4.- “Cada peso de deuda pensionaria que asumiera se vería compensado por un incremento de un peso en el valor de uno de sus principales activos: Pemex”.
5.- Una reducción en el pasivo laboral “es una reducción de la deuda pública consolidada del sector público federal, y eso es una buena idea para las finanzas públicas del país. Para el gobierno federal significaría un incremento en el valor del activo (Pemex) y la reducción de una obligación contingente futura”.
6.- Tal como ocurrió con las reformas a los sistemas pensionarios del ISSSTE, del IMSS y de la CFE, “una reforma al régimen de pensiones de Pemex fortalecería no solo las finanzas de la entidad, sino a la hacienda pública federal en su conjunto”.
7.- La propuesta incluye elementos de sustentabilidad financiera, “como que las pensiones de los trabajadores de nuevo ingreso sean financiadas bajo esquemas de cuentas individuales que permitan la portabilidad de derechos con el Sistema de Ahorro para el Retiro, y que se contemple un ajuste gradual a los parámetros para determinar las pensiones, incluyendo la edad de retiro para reflejar el cambio en la esperanza de vida”.
En la ley que se discute en la Cámara de Diputados se “incluye un incentivo análogo para la CFE, en caso de que los trabajadores y la empresa eléctrica nacional decidieran continuar la reforma pensionaria que acertadamente iniciaron en 2008”.
Para el secretario Videgaray, esas “son buenas ideas de las y los diputados, en favor de México”.