La verdad es que la comunicación sigue siendo una de las más graves y peligrosas deficiencias que tiene PEMEX.

Los comunicadores de la paraestatal dejan crecer versiones que son perjudiciales para la imagen de la institución y de su director Emilio Lozoya Austin, cuando la realidad es bien distinta a las especulaciones de los críticos de oficio de la reforma energética.

La pregunta es obligada:

¿No los dejan hacer su tarea?

O, lo que sería un caso muy serio de falta de visión: ¿el reto de construir la nueva cara de PEMEX les queda muy grande a sus comunicadores?

Ante la pasividad de PEMEX en los medios, creció ya la versión de que los famosos pasivos laborales nos van a dejar todavía más pobres a los mexicanos y que pagaremos una BILLONADA para solventar la ineficiencia y la corrupción que viene siendo el mantra de la mayor empresa mexicana gracias a la conducta perniciosa de la mayoría de quienes han sido sus directivos y al nefasto sindicato que ha tenido.

Salvar a Romero Deschamps y a su tesorero Ricardo Aldana de la condición de impresentables que tienen, es una tarea imposible.

Pero en esos pillos no se agota el debate energético de México.

Y por la falta de una estrategia de comunicación acertada, los enemigos de las reformas estructurales, en este caso de la energética, se dan vuelo con sus especulaciones “nacionalistas”.

El portal Sin Embargo suelta a boca de jarro la siguiente información:

“Comisiones de la Cámara de Diputados aprobaron que el gobierno federal absorba como deuda pública parte del pasivo laboral de Petróleos Mexicanos (Pemex), que asciende a un billón 153 mil millones 301 mil pesos, con información al primer semestre de 2014. Lo mismo pasará con los pasivos laborales de Comisión Federal de Electricidad (CFE) calculados en 500 mil millones de pesos”.

Con esos números cualquiera se espanta.

Y si las cosas no se aclaran, se ponen en su real contexto, tarea de los comunicadores que deben tener un plan de respuesta para estos casos, y que ha brillado por su ausencia en el asunto que nos ocupa, entonces se pueden dar “análisis” como el Carmen Aristegui publicado el viernes en Reforma, donde simplemente dice que eso de los pasivos laborales es otro robo en despoblado del gobierno peñista al sufrido pueblo mexicano.

Federico Arreola trata de contextualizar la nota de Aristegui argumentando, válidamente, que la periodista se fue por las ramas y no visualizó correctamente el bosque.

Esa es la verdad.

Aristegui es una periodista enjundiosa, que dice muchas cosas de nuestra vida pública que otros temen ventilar, pero que lo hace con amarillismo intenso, también es cierto.

Es un esfuerzo congruente con la posición de SDPnoticias, y en particular de Arreola, mismo que yo profeso y suscribo, de considerar que las reformas estructurales peñistas son la piedra de toque para que México, esta vez de verdad, entre al mundo de la modernización para ser competitivo y así poder lograr el anhelado crecimiento económico.

El presidente de la comisión de energía en la cámara de diputados, Marco Antonio Bernal, dice en pocas palabras y sin ningún tufo de rollo penchynesco lo que significan para el pueblo los ya famosos pasivos laborales de PEMEX y CFE.

“…el presidente de la Comisión de Energía, el priista Marco Antonio Bernal Gutiérrez, quien rechazó que haya nuevos impuestos para sanear las finanzas de las nuevas empresas productivas. ‘No pagaremos ningún impuesto, ni va a ver más impuestos, ni los mexicanos vamos a pagar nada. No es ese rollo de que es Pemexproa. No, no tiene nada que ver’, sostuvo”.

La declaración de Bernal la ubica en su nota el portal Sin Embargo después de haber hecho pedazos el ya muy popular y condenado mediáticamente rescate del pasivo laboral de PEMEX y CFE.

Pero antes de que toda esa especulación que propala que con los pasivos acabaremos muy pronto en el hoyo creciera hasta convertirse en una verdad mediática, los comunicadores de PEMEX no habían desplegado ninguna estrategia orientadora con respecto a la disposición de referencia.

Ni se ve que lo vayan a hacer.

Si el caso es que el jefe de PEMEX, Emilio Lozoya, o sus más cercanos consejeros, no les tienen confianza, pues que los releven y punto.

Y si el caso es que hay una falta de comunicación entre (perdón por la tautología) los comunicadores y los tomadores de decisiones en PEMEX, pues es necesario que ya tomen cartas en el asunto tanto David López Gutiérrez, el vocero presidencial Eduardo Sánchez y la encargada de redes sociales e internet Alejandra Lagunes, porque el más afectado es su jefe el presidente Peña Nieto.

De otra suerte, y de seguir por ese camino, el presidente Enrique Peña Nieto, sin una estrategia adecuada que explique, sustente y justifique las decisiones más importantes de su administración, seguirá estando como el Señor de la Columna, amarrado a un tronco y recibiendo latigazos la mayor de las veces injustos, desmesurados y llenos de un claro tinte antigobiernista.

Como lo dice Marco Antonio Bernal y lo explica Federico Arreola, hay que revisar a fondo el móvil original de la decisión cameral con respecto a los pasivos laborales de PEMEX y CFE, e iniciar a partir de ello un debate, necesario sin duda, sobre el asunto.

Pero a partir de su contenido exacto y sus correspondientes repercusiones.

Insisto, falta estrategia comunicativa en PEMEX y CFE.

Sea cual sea la razón de esa falla, hay que corregirla de inmediato para evitar invenciones como la del PEMEXPROA.

EN TIEMPO REAL.

1.- Javier Treviño sigue poniendo en juego todo su capital político, que no es poco, para lograr que el PRI defina su candidato a gobernador en Nuevo León a partir de una realidad social controvertida que existe en la entidad, y no por presiones de grupos y de camarillas. Treviño declara que no romperá con el gobernador Medina, que dice que ni lo oye ni lo pela, y menos se saldrá del PRI. Es su convicción y creo que la mantendrá hasta el final. Pero si los que deciden no toman en cuenta las verdades que ha dicho el legislador sobre la realidad de Nuevo León, la elección del 2015 estará muy al alcance del PAN.

2.- Sigue capturando la atención el caso del gobernador poblano Rafael Moreno Valle, sumido en la desventura mediática, a causa de su ley Bala, aunque todo parece indicar que al que le salió el balazo fue al mismo mandatario, y su lamentable consecuencia de la muerte del niño José Luis. Pues ahora todos los comentarios son en relación a que el Gober-Bala trata de llenar las redes sociales con información de su activismo. Lo mismo se retrata con viejitas que con José Narro, el rector de la UNAM. Y todo ello lo único que propicia es mayor enjundia en las respuestas de sus críticos, que por cierto, con ese activismo en redes sociales del Gober-Bala, tienen mucha tela de donde cortar. Las redes sociales son una espada de doble filo. Bien usadas, las redes sociales son un instrumento de información poderoso. Al abuso de ellas, y sobre todo poniéndolas al servicio de una causa perdida, los usuarios responden de inmediato de manera negativa.