El gobierno municipal de Pachuca destinará una millonaria inversión para los trabajos de remodelación de la Calle de Guerrero, considerada por mucho tiempo como la principal zona comercial de la capital hidalguense y que forma parte muy importante del entorno de lo que es el Centro Histórico pachuqueño.

Desde hace años se hablaba de diversos proyectos para la calle de Guerrero, incluso se llegó a mencionar la intención de techarla, de cerrarla al tráfico vehicular para volverla un andador peatonal, se prohibió durante largo tiempo el paso de taxis, pero ningún proyecto se concretó, lo más que ha hecho algún gobierno municipal por esta muy importante zona de la actividad económica de Pachuca, fue hace 20 años, cuando el entonces alcalde Mario Viornery ordenó retirar todo el comercio ambulante.

Esta ocasión se proyecta el ocultamiento del cableado; la introducción de una nueva red de drenaje y otra de agua potable y se ignora si en vez de adoquín se colocará pavimento o asfalto estampado como se había propuesto.

Lo que sí se ha anunciado con detalle es que la rehabilitación que se espera que también sea detonante de la actividad turística, se realizará en tres etapas, la primera desde plaza Juárez a Guzmán Mayer se efectuará del 14 de julio al 12 de septiembre; la segunda que llegará hasta el cruce con Rosales se realizará del 18 de agosto al 27 de octubre y la tercera desde Rosales a Bravo, se ejecutará del 22 de septiembre al 5 de diciembre.

Aunque todo parece muy bien, desgraciadamente los comerciantes del Centro Histórico llevan años con las calles destrozadas que impiden la actividad comercial; un presidente municipal y después otro, han iniciado obras que no terminan nunca; cierran calles, quitan y ponen pavimento; colocan estampado y luego lo retiran, los postes también; ocultan cableado y después abren para cambiar tuberías; terminan todo y después lo retiran para el proyecto del Tuzobús.

Una obra tras otra, sin planeación, sin alcanzar metas, hacen que el comercio del Centro Histórico muera lentamente; locales cierran y otros van a la quiebra; la falta de estacionamiento, el abandono ahí por días de maquinaria pesada sin realizar trabajo alguno, el cierre de calles, la vialidad caótica y la amenaza de que pronto colocarán parquímetros con fines recaudatorios en favor del Ayuntamiento, contribuyen a destrozar la actividad comercial.

Los parquímetros son otro proyecto que muestra y confirma la falta de planeación; la alcaldesa Geraldina García ordenó suprimir el estacionamiento en algunas calles como Matamoros, una parte de Allende y las inmediaciones de El Reloj para ordenar la vialidad y mejorar la imagen urbana. Ahora Eleazar García dispone que siempre sí se estacionen, pero que paguen por ello al municipio, es decir que la vialidad y la imagen no importan tanto como el dinero.

En Guerrero, ya que se hayan terminado las obras, habrán de volver a romperlas porque igual habrán de colocarse parquímetros. Así obra tras obra, sin planeación ni orden, con millones y millones derrochados y tirados a la basura, pero sin alcanzarse nunca el objetivo de rescatar el Centro Histórico, ni mucho menos de salvar al comercio establecido.

Los comerciantes que viven una muy difícil situación económica, tendrán que tolerar un año más de calles destrozadas en el centro, polvo, insalubridad y una pésima imagen, como la han tenido por lo menos los últimos 9 años, en los que a nadie se le antoja ir a ese sector ante las interminables obras. Y dicen las autoridades que es por ayudarlos, lo cierto es que el comercio sigue viviendo una muerte asistida.

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