Las hostilidades en Medio Oriente entre israelíes y palestinos miembros de la organización extremista, Hamás, continúan bajo la elevada consternación y repudio internacional por las acciones militares emprendidas por Israel y por las consecuencias que estás han tenido.

En las dos semanas que lleva el álgido conflicto militar entre ambos bandos, ya se cuentan unas seiscientas veinte muertes de civiles palestinos, la mayoría de ellos mujeres, niños y ancianos; las bajas israelíes son mucho menos y se trata de soldados caídos en las maniobras militares de la operación, Margen Protector, que su gobierno ha emprendido en La Franja de Gaza.

Ayer, en la ofensiva terrestre que el ejército israelí mantiene en territorio palestino, un tanque de guerra lanzó un ataque hacia una escuela en la que se refugiaban cientos de palestinos que han tenido que huir de sus casas para buscar un lugar más seguro en el que no sufran las consecuencias de este conflicto bélico. La escuela cañoneada pertenece a un campo de refugiados que la ONU instaló en esa región para proteger a la ciudadanía de las hostilidades.

Los expertos en tácticas militares sabrán aún más que este columnista, que los campos de refugiados tienen, como propósito, además de brindar un lugar seguro para los civiles, el que esos espacios queden libres de las consecuencias de la guerra. Los campos de refugiados deben ser excluidos por parte de los bandos en conflicto, de los ataques e incursiones con armamento militar. Por lo tanto, esto es algo que Israel está violando rotundamente. ¿Acaso esperan encontrar terroristas en medio de civiles inocentes?

La ONU, por su parte, ya se pronunció al respecto de este conflicto; el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, condenó los ataques que israelíes y palestinos de Hamás se están atizando mutuamente. Reconoció el legítimo derecho de Israel a defenderse, pero instó a ambos bandos a sentarse a una mesa de diálogo para ponerle fin a esta situación tan lamentable.

Para que esto sea posible, los provocadores de Hamás deben cesar de lanzar sus ataques con cohetes hacia Israel; sólo así, Israel dejará de atacar el territorio palestino y con ello se pondrá fin la matanza de más civiles inocentes.

Es difícil tratar de entender las posturas de ambos mandos, quizá sea más fácil si ambos bandos trataran de comprender el enorme y condenable daño que estás hostilidades le provocan a la sociedad de sus países.

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