Es noticia la crisis migratoria que están sufriendo los Estados Unidos respecto de los menores que están cruzando las fronteras de ese país con compañía de adultos, lo que ha desatado una oleada de críticas al gobierno de Obama, quien ha tratado de paliar este asunto solicitando fondos extraordinarios para hacerle frente.

Tampoco deja de llamar la atención la falta de sensibilidad de la comunidad de League City, al suroeste de Texas, cuyo cabildo acaba de aprobar la prohibición de que las autoridades federales envíen a menores indocumentados a dicha localidad, aduciendo razones de ¨seguridad y salud¨.

La resolución en League City fue aprobada una semana después que residentes de la comunidad de Murrieta, California, bloquearon el paso a un convoy de autobuses que transportaba a menores inmigrantes hacia el centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza en Murrieta.

El gobierno federal busca a lo largo del país instalaciones adecuadas y comunidades receptivas para albergar y procesar a miles de niños inmigrantes que llegan solos a Estados Unidos provenientes de Centroamérica. Unos 52 mil menores inmigrantes no acompañados, fueron detenidos tras cruzar la frontera en los últimos nueve meses.

Estas historias de dolor e indignación no son nuevas, hemos escuchado una y otra vez las ¨buenas intenciones¨ de nuestros vecinos del norte, hemos sido testigo de los reclamos hechos tanto por nuestros nacionales, como de toda Latinoamérica de un trato digno y la exigencia de solución a los dramas de la inmigración.

Cabe recordar que la ley de Inmigración de los Estados Unidos de 1924 sirvió de inspiración a los nazis en su macabra idea de torturar y asesinar a todo un pueblo bajo la excusa de la superioridad de la raza aria. Al amparo de esta ley, se elaboró un manual para no permitir la entrada en los Estados Unidos de “imbéciles, idiotas, personas débiles mentales, personas de inferioridad constitucional psicopática, vagos, defectuosos físicos, alcohólicos crónicos, polígamos, anarquistas, homosexuales, enfermos contagiosos, las prostitutas, los mayores de 16 años que no sabían leer…“. Se debía inspeccionar y desinfectar en los pasos fronterizos a los inmigrantes que ellos consideraban que podrían ser portadores de enfermedades… les rapaban la cabeza, les desnudaban y bañaban con gasolina o queroseno para desinfectarlos. Hitler alabó dicha ley e importó el uso de dichas técnicas.

En la cárcel de El Paso (Texas) en 1916, obligaban a los presos (inmigrantes ilegales) a desnudarse y bañarse en bidones llenos de gasolina, formaldehído y vinagre. El 5 de marzo de ese mismo año, en pleno proceso de desinfección, alguien encendió un cerillo… murieron 26 presos. Los medios dijeron que fue un accidente y que todos estaban en sus celdas. Sólo años después se supo la verdad de lo ocurrido. Para facilitar aquel control, se crearon centros de desinfección y sólo en la frontera de El Paso con Ciudad Juárez se inspeccionaron 127.000 mexicanos hasta 1929. En 1920, en esta misma frontera, comenzó a usarse el Zyklon B como desinfectante para eliminar pulgas, piojos, garrapatas… [El Zyklon B es un pesticida a base de cianuro que se usaba para exterminar insectos y roedores, tan eficaz que con apenas 4 gramos se puede causar la muerte de una persona]. Se establecieron varios “campos de cuarentena” donde a los mexicanos ilegales se les afeitaba la cabeza y se desinfectaban con el Zyklon B. Además, eran sometidos a diversas pruebas de inteligencia, como “sumas simples” o montar rompecabezas, para asegurarse que el inmigrante no era imbécil.

 

¿Cómo llegó a la Alemania de Hitler?

El uso del Zyklon B inspiró al Dr. Gerard Peters para producir en masa este gas con el fin de “eliminar plagas”. En 1938, Peters se convirtió en presidente de la firma DEGESCH, que comercializaba dicho producto, y publicó un artículo del uso del gas en los inmigrantes mexicanos en la revista alemana Anzeiger für Schädlingskunde con fotografías de policías “limpiando” a inmigrantes mexicanos. Sólo fue cuestión de tiempo que los nazis llevasen aquellas prácticas a sus campos de exterminio. Peters fue juzgado en Nüremberg y condenado, pero en un segundo juicio en 1955 fue absuelto.

Una nota de Hitler, fechada en 1924, decía:

¨En comparación con la vieja Europa, que ha perdido una cantidad infinita de su mejor sangre a través de la guerra y la emigración, la nación [Estados Unidos] aparece como un pueblo joven y de raza selecta. La propia nación, motivado por las teorías de sus propios investigadores raciales, establece unos criterios específicos y selectivos para la inmigración [...] Que un inmigrante pueda pisar suelo estadounidense depende de los requisitos raciales específicos, así como de un cierto nivel de salud...¨.

En Europa, cerca de 6 millones de judíos fueron asesinados con el Zyklon B en los campos de exterminio a imagen y semejanza de los métodos utilizados por Estados Unidos en la frontera con México. Lamentablemente, apenas se tienen datos del número de víctimas mexicanas.

 

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