Realizar sus procesos internos para elegir a sus dirigentes y candidatos en general no ha sido fácil para los partidos políticos mexicanos. Todos ellos han tenido alguna dificultad, si no es que hasta crisis internas de no menores proporciones.

Por lo menos resulta paradójico que los partidos políticos nacionales (dentro de los que podemos destacar a los tres más grandes, electoral y políticamente hablando, PRI, PAN y PRD, aunque cabria incluirlos a todos) han construido un sistema electoral muy sofisticado, con instituciones muy complejas y cada vez más grandes y costosas, una legislación más barroca y abigarrada, que solo está al alcance de especialistas, pero que ha servido para desahogar institucionalmente y por la vía pacífica de las urnas, los procesos para distribuir el poder político, no hayan podido construir instituciones y procedimientos similares para realizar sus mecanismos internos de elección de sus dirigentes y candidatos.

Reconociendo de manera expresa esta circunstancia, la nueva legislación electoral nacional prevé la posibilidad de que el Instituto Nacional Electoral (INE) y los organismos  públicos electorales locales (OPL’S) en las entidades federativas, puedan organizar las elecciones internas de los partidos, a petición de éstos y con cargo a sus prerrogativas.

Estrenando esta nueva atribución, el PRD nacional ha solicitado al INE que organice las elecciones de sus consejeros nacionales, estatales y municipales, proceso que se está llevando a cabo ahora mismo y cuya jornada electoral tendrá lugar el próximo 7 de septiembre.

Los consejos perredistas son los órganos partidistas de la mayor relevancia, pues tienen dentro de sus atribuciones, la de elegir, en su caso, a los dirigentes nacionales, estatales y municipales, respectivamente, además de definir las principales políticas públicas del partido. Por lo que su elección constituye un acontecimiento de gran importancia para el PRD, pues a partir de la conformación de los mismos se podrá  definir lo propio, respecto de los cargos ejecutivos en los tres niveles de organización partidista.

Derivado de su no muy grata experiencia en sus procesos internos, la decisión perredista de que el INE les organice sus elecciones, los ha metido en una dinámica a la que no están acostumbrados, pues el órgano electoral nacional ha aprobado un proceso interno con características similares a los procesos electorales constitucionales, donde se tendrán que cumplir puntualmente las formalidades normativas, y los acuerdos y arreglos políticos (que eran la constante en las elecciones perredistas) tendrán que extirparse, al menos de este proceso interno.

La informalidad y la improvisación con la que se hacían los procesos internos en el PRD, tendrán que abrir paso a la organización, el orden y la disciplina para el cumplimiento de la normativa interna, en algo que será una verdadera sacudida en la cultura política y organizativa perredista.

Ese cambio vendrá de fuera, como no podía ser otra manera en el PRD,  en este caso del INE, pero tendrá que ser asimilado hacia el interior del partido, en un proceso largo y complejo, pero necesario para la construcción y consolidación partidista.

Por otra parte, esta semana el Consejo General del INE aprobó otorgarles el registro a tres nuevos partidos políticos, Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), Encuentro Social y Frente Humanista, que vienen a completar la decena del elenco partidista nacional, y que tendrán que participar por sí solos en el próximo proceso electoral de 2015.

El caso de MORENA es la concreción de un movimiento social y político encabezado por Andrés Manuel López Obrador desde hace años, a partir de las dos candidaturas presidenciales y con cargo a las huestes de los tres partidos que en su momento lo postularon, el PRD, el PT y Convergencia, ahora Movimiento Ciudadano.

De Encuentro Social y del Frente Humanista, con presencia en algunas regiones, poco se sabe a nivel nacional, pero ya los veremos cómo se estructuran y organizan en el país, pero sobre todo cuando se involucren en la búsqueda de candidatos, que no serán pocos, para 500 diputados federales y miles de cargos locales en 18 entidades federativas en 2015.

Se ha dicho que 10 partidos son muchos para nuestro sistema, y tal vez tengan razón, pero estas 3 organizaciones cumplieron con los requisitos vigentes y por ende se les otorgó el registro.

Recordemos que la reforma de este año aumentó el umbral para conservar el registro como partido al 3% de la votación nacional, y si se mantiene el nivel de participación de las últimas elecciones, se requerirán entre 1.5 y 2 millones de votos, como mínimo, para refrendarlo; cifra que no es fácil alcanzar, sobre todo cuando se trata de una elección intermedia como la del próximo año. Seguramente enfocarán su atención en los 9 estados donde se elegirá gobernador.

El aumento del umbral para conservar el registro será una dura prueba para los partidos de nueva creación, pero también para otros como el PT, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza, que por diferentes circunstancias seguramente tendrán dificultades para mantenerlo.

Finalmente la decisión queda en los ciudadanos con su voto.