Curioso caso el de Juan Ignacio Zavala, durante años antipejista furibundo. Al lado de su cuñado Felipe Calderón vivió la política apasionadamente y dedicó mucha de su energía a sembrar odio para dañar a Andrés Manuel López Obrador. El hermano de Margarita Zavala parecía incapaz de ver, con objetividad, las virtudes de Andrés Manuel. Han cambiado las cosas. Con Calderón lejos de la política y, también, lejos de México, Juan Ignacio hasta parece un analista objetivo. Hoy, en Milenio, el señor Zavala no solo se olvidó de insultar a López Obrador, sino que inclusive elogió al dirigente de Morena.
Dicen los estadounidenses que la política hace extraños compañeros de cama. ¿El grupo político de Felipe Calderón, absolutamente marginado en el PAN actual, podría sumarse a Morena en 2015 y 2018? No lo descarto. Conociendo a los políticos, no me sorprendería que cualquier día de estos una reunión entre Calderón y López Obrador acaparara los principales espacios en los medios de comunicación.
El amable mensaje de la familia Calderón-Zavala hacia Andrés Manuel no puede ignorarse. ¿Estarían mejor los Calderón-Zavala con López Obrador? Quién sabe, quizá sí. Debe Calderón estar arrepentido de no haber tomado en serio el guiño que le dirigió Andrés Manuel, durante la campaña de 2012, en el programa Tercer Grado de Televisa. Esa vez, traicionando su tesis del “espurio Calderón”, AMLO lo llamó “presidente Calderón” y lo convocó a negociar juntos y en paz la transición. Andrés Manuel pedía apoyo al entonces titular del poder ejecutivo. Lo necesitaba para dar el salto definitivo que lo pusiera adelante de Enrique Peña Nieto. Pero en 2012 Calderón siguió desconfiando de López Obrador y no le hizo caso.
Hoy las cosas han cambiado. Seguramente Calderón no ha dejado de desconfiar de López Obrador, y es un hecho que AMLO jamás creerá en la buena fe del esposo de Margarita Zavala. Pero ellos se necesitan el uno al otro. Así que, si se dieran las condiciones –y quizá se están dando– podrían abrir vías de negociación y entendimiento.
¿Que eso es una locura? En la política todo es posible. Veamos:
1.- Manuel Bartlett, pejista en la actualidad, en 1988 le robó a la izquierda las elecciones presidenciales. Hoy Bartlett “defiende el petróleo” como aliado de López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas.
2.- Vicente Fox sacó al PRI de Los Pinos en el 2000 y lo regresó en el 2012. Imposible olvidarlo.
3.- Ya se habla con toda seriedad de la alianza de Miguel Ángel Mancera y su coordinador de diputados locales, Manuel Granados, con el PRI y el Partido Verde.
Mancera, sin partido, llegó al GDF como candidato del PRD, PT y Movimiento Ciudadano. No ha trabajado lejos de estos institutos políticos, pero tampoco cerca. Se le ve más como aliado y aun subordinado del presidente Peña Nieto. En cambio, es impropia su relación con los líderes de izquierda: a unos los desprecia, como a Carlos Navarrete, al que trató muy mal cuando dejó el GDF para ir a buscar la dirigencia perredista; a otros los ignora, como a López Obrador, y a algunos históricos los ve como empleados, como a Cuauhtémoc Cárdenas, al que usa de edecán en giras internacionales.
En cambio, Mancera a Peña Nieto no solo lo trata con el respeto institucional que merece la figura presidencial, sino como jefe político. En el PRI nacional todos saben que, por decisión de Los Pinos, Mancera es intocable. Así de sencillo.
Ahora, Mancera y su diputado Granados le acaban de entregar al Partido Verde algo más que un guiño. Con la absurda prohibición de que en los circos haya animales, le han cumplido al principal aliado del PRI un capricho con el que cohesionará a sus simpatizantes en el DF, a pesar del enorme costo de tal medida para la izquierda. Las críticas han aparecido y son muy fuertes. Particularmente duras, las de La Jornada, el principal diario izquierdista. Solo he visto una defensa a la tontería que hicieron Granados y sus diputados locales: la de Pablo Hiriart, sí, el columnista más identificado con Carlos Salinas de Gortari.
No es descartable que Mancera, consciente de que en la izquierda no termina de ser aceptado, se vea en 2018 como candidato presidencial del PRI y el Partido Verde. Si las reformas estructurales fracasaran y no hubiera mayor crecimiento económico, ese escenario podría darse. Pero si, como es lo más probable, México empieza a crecer cuando las leyes secundarias de las reformas energética y de telecomunicaciones se concreten este mismo año, Mancera tendrá que conformarse con coordinar la campaña de Luis Videgaray –o Miguel Ángel Osorio Chong, Manlio Fabio Beltrones o cualquier otro priista– en la Ciudad de México.
4.- El PAN y el PRD seguirán juntos en los procesos electorales.
Les ha ido bien juntos, tan bien que uno de los gobernadores “aliancistas”, Rafael Moreno Valle, de Puebla, es ya el principal aspirante panista a la Presidencia. El PRD, en el 2018, encantado lo apoyará si prueba tener mayores posibilidades que los personajes con que cuenta la izquierda: el prestigiadísimo exrector Juan Ramón de la Fuente, al que la edad podría estorbarle; el todavía popular Marcelo Ebrard, cuyas posibilidades crecerán si deja de pelear con los chuchos, y Jesús Ortega, el único que puede presumir haber derrotado varias veces a López Obrador –en la lucha política, todavía no en el terreno electoral–, pero que está obligado a pasar con éxito las elecciones de 2015.
Chucho Ortega es un constructor de acuerdos políticos que funcionan. Él llevó a Leonel Cota del PRI al PRD para hacerlo gobernador de Baja California Sur. El Pacto por México, en gran medida, fue diseñado por Chucho. En fin, sobran ejemplos de sus exitosas negociaciones. Pero es tan pragmático que solo acepta pactar con otras fuerzas políticas si le conviene. En las próximas elecciones de Guerrero lo más probable es que se la juegue sin alianzas, ya que el perredista Armando Ríos Piter es puntero en las encuestas. Como Morena casi seguramente postulará al alcalde de Acapulco, Luis Walton, Chucho usará el proceso electoral guerrerense como evidencia de que la salida de AMLO no ha afectado al PRD. En Michoacán el PRD también jugará sin alianzas apostando todo a Silvano Aureoles.
En cambio, donde el PRD es débil, irá en alianza con el PAN, como en Nuevo León si la candidata albiazul no es Margarita Arellanes, cuyo desprestigio por sus relaciones con el zar de los casinos sería muy dañino para el perredismo. Así que Chucho Ortega tiene un plan B en Nuevo León: terminar de convencer a la senadora priista Marcela Guerra de que renuncie a su partido y sea candidata a gobernadora del PRD. Marcela, la tercera figura política más popular de Nuevo León, no se siente apoyada ni por el gobernador Rodrigo Medina ni por el presidente Peña Nieto, así que ha aceptado sentarse a negociar con los chuchos. Y en Guadalajara los chuchos buscan ser aceptados, y quizá lo logren, entre los partidos que postulen a Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano, favorito para ganar la alcaldía de la capital de Jalisco. Dependerá de los cálculos que hagan el propio Alfaro y el líder de su partido, Dante Delgado. Pero Ortega no dejará de intentarlo.
Si al PRD le va bien en 2015, sobre todo si supera a Morena, lo que no va a resultar sencillo, Jesús Ortega, el arquitecto del PRD actual, levantará la mano y exigirá ser tomado en cuenta en 2018, pero ya no solo como operador de la candidatura de alguien más, sino la suya propia.
5.- Andrés Manuel López Obrador no ignora tales escenarios. Por eso, tomará en cuenta el guiño de los Calderón-Zavala.
Sabe Andrés Manuel que Mancera se acerca cada día más al PRI. Entiende, porque es entendido, que las reformas estructurales funcionarán y que el PRI estará muy fuerte tanto en 2015 como en 2018, con Videgaray, Osorio o cualquier otro. Además, Andrés conoce la eficacia de operadores electorales priistas como Ivonne Ortega. Está al tanto de la popularidad de Moreno Valle. Y si algo ha visto es la habilidad de Chucho Ortega para construir alianzas. ¿Qué puede hacer AMLO para que Morena no sea una decepción el próximo año?
López Obrador no va a buscar acuerdos con el PRD. Si lo hiciera, sería la victoria final de Chucho Ortega sobre el tabasqueño. Dos veces, en dos elecciones presidenciales, Chucho ha usado la popularidad de AMLO para beneficiar a los chuchos en el PRD, no a la gente más cercana a Andrés Manuel. Si AMLO le regala una tercera oportunidad, Chucho la tomará y seguirá creciendo. Tampoco Andrés Manuel competirá con el PRD por el amor del PAN. El matrimonio por conveniencia PAN-PRD todavía no se agota. Por lo demás, Andrés no cuenta con el apoyo de sus antiguos aliados. En Movimiento Ciudadano ya no lo quieren. Su principal candidato, Alfaro, de Guadalajara, no aceptaría ir en alianza con Morena, ya que piensa que el radicalismo de los pejistas estorba en la conservadora capital tapatía. Y en Baja California Sur, el nuevo animador de Movimiento Ciudadano, Leonal Cota, nada quiere saber de AMLO. De hecho, Cota es otra vez aliado de sus viejos enemigos, los Agúndez, que simpatizan con el PT, pero que aprecian el apoyo del PRD. Solo el PT, aunque no en todas partes, parece estar con Morena. Pero el PT es tan poca cosa…
¿Con qué cuenta Andrés Manuel? Con sus seguidores de Morena, que no son pocos y entre los que están algunos de los mexicanos más valiosos, cultos y honestos, pero sobre todo Andrés cuenta con su inagotable creatividad que le permite, cada vez que está en apuros, salir adelante haciendo lo que nadie espera.
Si ha sido capaz de pasar con éxito del radicalismo de la resistencia civil a la república amorosa, o bien de entregar su campaña presidencial de 2012 a un empresario ultraderechista, como Alfonso Romo, que estuvo entre los amigos de Fox en el 2000 y que financió el fraude electoral de 2006, ¿por qué no va a jugar ahora en el mismo equipo que Felipe Calderón.
Andrés ya debe estar calculando los costos y beneficios de sumar a los calderonistas que se han quedado sin el PAN, pero que conservan poder y acceso al dinero. Si Fox, que sacó al PRI de Los Pinos, hizo posible el regreso del viejo partido a la casa presidencial, ¿por qué no dejar que Calderón, que impidió con un fraude la llegada de AMLO a la Presidencia, trabaje ahora para lavar su imagen histórica apoyando al dirigente de Morena?