A pocos días de terminar este año, y aún está fresca en la memoria de los mexicanos la gran efervescencia política y social que se vivió en este año.

Desde mi punto de vista, me parece que lo más importante que ocurrió en este año, fue el despertar de una sociedad mexicana, que a lo largo de los años, se había quedado callada, ajena, indiferente a los grandes acontecimientos sociales.

Sin lugar a dudas, se despertó a un gran gigante dormido: los jóvenes que a través de las redes sociales, hicieron mella a las grandes cadenas nacionales que insistieron e insisten en ocultarnos la verdad de lo que suceden, contribuyendo  al engaño y ceguera de la población en general.

 Muchos nos atrevimos por primera vez en nuestras vidas a salir a la calle, y decir en voz alta, a todo pulmón  lo que pensamos de la situación política y económica de nuestro país. Muchos lanzaron gritos de protesta, otros más pensamos que sería necesario incluir en estas manifestaciones un poco de cultura y arte.

Surgieron diferentes movimientos y grupos sociales, a lo largo y ancho del territorio nacional. En Mérida, por ejemplo, no se recordaba ninguna marcha de protesta y tan numerosa, como las registradas en las víspera y después de las elecciones.

En este 2012, se compro la presidencia a base de tarjetas Monex y Soriana, y además de las mismas triquiñuelas de siempre. Pero, no se ha perdido todo, por que en el camino, se han despertado a muchos ciudadanos, que antes nos callábamos y “nos daba” igual lo que pasaba.

Hoy es diferente, porque cada día somos más los que alzamos la voz. Hoy es diferente, porque no todo en la prensa huele a bolitas de alcanfor. Es diferente, porque perdiendo hemos ganado más visibilidad que nunca antes. El camino, es largo. Pero se ha sembrado la semilla, de un árbol muy fuerte y robusto.Si este país, con lo maravilloso que es, no crece y avanza es por que se nos ha enseñado a "obedecer" y "aceptar" a rajatabla casi cualquier cosa. Afortunadamente somos cada vez más, los que nos unimos. Somos cada vez más quienes levantamos la cabeza, somos cada vez más los que apagamos la televisión y leemos un libro. Somos todos esos, hombres, mujeres, jóvenes, estudiantes, obreros, catedráticos, campesinos que queremos un país próspero y mejor, con gente íntegra y honesta.