A poco menos de cinco días de que concluya el sexenio de Felipe Calderón es preciso hacer un balance de lo que fue su administración. Al igual que en todo recuento se dirá que un gobierno fue bueno si el saldo de los aciertos es mayor que el de las fallas, o malo si los errores superaron a los éxitos. 

El sexenio de Felipe Calderón está marcado por la sangre, la violencia y las desapariciones. Ya que la consecuencia de la guerra contra el narcotráfico y crimen organizado le cobró la vida a 70 mil mexican@s, además los feminicidios suman más de 4 mil y alrededor de 3 mil mujeres desaparecidas en todo el territorio. 

Además en su sexenio aumentó el número de pobres en 12 millones, actualmente de los 112 millones de mexicanos, hay 54 en situación de pobreza y 30 que son vulnerables a estar en dicha condición. Así mismo la administración de Felipe Calderón destrozó la imagen de México en el mundo, pues su guerra carente de estrategia colocó a México como uno de los países más violentos del planeta, al lado de Irak, Afganistán, Somalia y Egipto por mencionar algunos. 

Felipe Calderón no cumplió con sus promesas de campaña en educación, empleo y trabajo; el crecimiento económico promedio anual fue de 3 porciento, muy por debajo del anhelado 6 porciento. El sistema de justicia y penitenciario demostró la ineptitud de la administración de Felipe Calderón para controlarlo y evitar sus excesos de corrupción, fugas y violencia. 

En salud el Seguro Popular sería lo único rescatable de esta administración, sin embargo son muchos sus asegunes, desde luego, puesto que hay comunidades en el país que mueren de hambre y no reciben el servicio médico de calidad. 

Felipe Calderón se esmeró en destruir un país lleno de grandeza. Sin embargo ahora que sus horas están contadas, él y su equipo se excusarán diciendo que no les alcanzó el tiempo, que en seis años es imposible cambiar un país, que ellos hicieron lo mejor que pudieron, que sirvieron a la patria con honor y responsabilidad, que se van agradecidos y orgullosos, y un sin fin bla bla bla, pero la realidad habla por sí misma. 

Felipe Calderón será recordado como uno de los antagonistas de la historia mexicana, de hecho para muchos expertos e historiadores ya lo es. Además como un presidente que gracias a su desastrosa administración no pudo conservar el poder de su partido en el gobierno. 

Para despedir la administración del primer mandatario, se realizará una cena de gala de fin de sexenio, en ella habrá honores, felicitaciones, abrazos, anécdotas, reconocimientos, halagos, esto para decirle adiós a Felipe Calderón. El lujo, la elegancia y  el sofisticado banquete serán la constante en dicha ceremonia, todo ello será efímero. Mientras en muchos rincones del país la frustración, las lágrimas, la desesperación, la violencia y la sangre quedarán grabad