Debido a la frustración que se desprendió de lo estrecho en el margen de votación en el Proceso Electoral en el cual se eligió Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos en el año 2006, Andrés Manuel López Obrador calificó a Felipe Calderón Hinojosa como el “espurio”, el diccionario de la Real Academia Española visible en Internet, define a dicho adjetivo como: bastardo (‖ que degenera de su origen o naturaleza) o falso (‖ engañoso). 

En el año 2012 la coyuntura de las campañas electorales, estudiantes de universidades privadas se inconformaron con la cobertura de los medios de comunicación, marcharon, gritaron consignas y finalmente con el apoyo de los operadores de López Obrador y una minoría de estudiantes de instituciones públicas se unieron para crear un movimiento de nombre #YoSoy132, a quien de de inmediato los comunicadores afines a la colación Movimiento Progresista, denominaron la ¡primavera mexicana! 

Usar la idea de “primavera mexicana” fue una artimaña publicitaria que buscaba crear empatía con los movimientos sociales que en dicha estación del año se gestaron en Praga y París en 1968 así como en Egipto y Libia en 2011, ¿y por qué no? ya encarrilados también generar similitudes, paralelismos y demás con las movilizaciones estudiantiles de México en 1968 y China en 1988. 

Los acontecimientos históricos enunciados en el párrafo anterior, cimbraron las estructuras de poder, fueron la semilla para trasformaciones históricas en sus respectivos países, en la ciencia política se le conocen como cambios estructurales. ¿Pero qué méritos tiene #YoSoy132 para que sus publicistas tuvieran la osadía de llamarlo la primavera mexicana? ¿Insultar en la UIA a uno de los candidatos a la Presidencia? ¿Tomar por asalto casetas de peaje y bloquear vías de comunicación? ¿Ser protagonistas de actos vandálicos en diferentes ceremonias de la Independencia? ¿Simular desapariciones forzadas? ¿Agredir periodistas? ¿Alguien tiene alguna acción política para recordar de este movimiento sin recurrir a la trillada frase de su aportación a los debates? 

En este 2012, trascurrió ya la primavera, el verano y actualmente estamos en otoño y nada, absolutamente nada de lo que hace #YoSoy132 es digno de considerarse como un motor o agente de cambio en el sistema político mexicano, en consecuencia retomando una de las palabras preferidas del lenguaje que usa don Andrés, y apegándonos a la definición de la Real Academia Española, tenemos todos los elementos para afirmar que la denominada “primavera mexicana” es engañosa y falsa, en consecuencia es nada más y nada menos que espuria. 

Los promotores de la “primavera mexicana”, sabían que para su consagración se necesitaban guerreros aztecas con la pureza de los “mujahidin”, pero a diferencia de la Jihad esa integridad no sería religiosa, sino política, por lo que se decidió que no deberían tener vinculo con ningún partido político, pero gracias a Saúl Alvídrez un estudiante del ITESM, mediante un lenguaje propio de un pirata alcoholizado y no de un estudiante de excelencia, supimos que los #YoSoy132 fueron procreados por el PRD que fungió como padre y MORENA que se desempeñó como madre. 

MORENA se divorció del PRD, de su relación en el año 2012, nació el movimiento #YoSoy132 un retoño al que ambos como a toda “oveja negra” hoy le niegan la paternidad, porque degeneró su origen, de la aspiración a ser “defensores de la democracia” pasaron al vandalismo con la consecuente presunción de delincuencia, por lo tanto de acuerdo con la concepción del adjetivo aludido desde el primer párrafo, es posible afirmar que la “primavera mexicana” es bastarda y en consecuencia también es espuria. 

De los 132 y demás, no espero muestras de respeto, sí no lo tienen a una dama como Adela Micha mucho menos lo tendrán con un servidor, tampoco creo que lo escrito en estas líneas, tenga su aceptación por el contrario en los comentarios aparecerán difamaciones, insultos y descalificaciones, pero antes de escribir todas sus maldiciones, los invito a una búsqueda en Google para que encuentren a los responsables que les hicieron creer que su movimiento tendría alguna trascendencia e irresponsablemente los bautizaron como la “primavera mexicana”; duele el desengaño, duele saber no se es héroe, duele enterarse que no se es más que un espurio.