El asesinato es deleznable por cualquier modo que se le quiera ver. El asesinato de una persona inocente bajo la circunstancia que sea es doblemente vil. El homicidio de un servidor social, una persona que vive para hacer justicia a través de su pluma, exhibiendo las prácticas corruptas que se dan en busca de poder o dinero, es un problema alarmante, una circunstancia que merece toda nuestra atención y debe de ser esclarecida, resuelta y castigada. Nunca olvidada. Nunca perdonada.

En México la libertad de expresión es maniatada por poderes fácticos y constitucionales. La labor periodística es la práctica más peligrosa en México, decenas de periodistas han sido asesinados o desaparecidos.

México es el país libre de guerra más peligroso para ejercer el periodismo -solamente después de Paquistán, Irak y Somalia, países en guerra-, las leyes y la justicia hacen caso omiso cuando un comunicador pide ayuda, o sus restos junto con su familia piden justicia. Es un problema político, judicial, social y educativo, un lastre para la evolución de México.

Anabel Hernández, una periodista incómoda

 

El asesinato, intimidación, desaparición o cualquier tipo de acción que busque silenciar a comunicadores, periodistas, reporteros o dueños de medios, es un problema social que ataca la libertad de expresión y por consiguiente nubla la vista crítica de los públicos. Es una problema que atañe a cada uno de nosotros, por qué al callar la palabra de la denuncia, nos pone a merced de los contenidos banales, y nos deja ciegos ante los problemas delicados de cualquier ámbito.

Anabel Hernández es una periodista y escritora de investigación, que en sus numerosos reportes ha destapado corrupción, mafia, trata, narcotráfico, asesinatos, y los nombres y apellidos de delincuentes. Por lo mismo, la periodista se ha convertido en una persona incómoda para los poderosos, que buscan callarla por medio de la intimidación, o arrebatándole la vida.

Lo más grave, es entender la problemática inminente y no hacer nada para prevenirla. El saber de los errores pasados y volver a repetirlos. Lo más razonable sería implementar las medidas urgentes ante una situación de amenaza de muerte a un comunicador, que atenta contra una garantía del ser humano en un estado de derecho: la libertad de expresión. Aun comprendiendo este asunto, no se hace nada para remediarlo. El problema se sigue repitiendo.

En 1993 se establece el día de la libertad de prensa para recordar la importancia de estas libertades en las sociedades democráticas. La libertad de expresión es una garantía de los Estados de derecho. En 1994, la declaración de Santiago, aprobada por los asistentes al seminario sobre el Desarrollo de los Medios de Comunicación y la Democracia en América Latina y el Caribe, estableció a la libertad de expresión como imprescindible para las democracias y a la libertad de prensa como la clave de la libertad de expresión. Los periodistas son víctimas de asesinatos y de la impunidad. En 1997, los países miembros de la UNESCO aprobaron la Resolución 29: un llamado a los gobiernos a sancionar especialmente los crímenes contra personas que ejercen la libertad de expresión y de prensa.

Desde Diciembre de 1987 registra la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) asesinatos o desapariciones de periodistas. El primer caso de un periodista asesinado, se da en el estado de Sinaloa, y desde ese momento hasta el año 2010 han muerto 81 periodistas.

Anabel Hernández cuenta con treinta y nueve años de edad, dieciocho como reportera investigadora, se ha desarrollado como periodista en los periódicos Reforma, Milenio y en El Universal con reportajes que llegan hasta la médula de la problemática, siempre con la pasión de hacer las cosas bien, y como lo dice en entrevista con Reporte Índigo: con el periodismo se dio cuenta que “…de verdad podía cambiar la vida de las personas”.

En 2002 ganó el Premio Nacional de Periodismo por su investigación sobre el alto costo del menaje en la residencia oficial de Los Pinos, hecho conocido como “El toallagate”, que provocó la caída del primer miembro del equipo foxista, Carlos Rojas Magnon. En 2003 la UNICEF le otorgó un reconocimiento por la serie de reportajes que reveló las redes de esclavitud y explotación sexual de niñas mexicanas en la frontera entre México y Estados Unidos. Continúa 1 de 3