Las campañas terminaron y si todo sigue el curso natural de la política mexicana moderna, el tribunal terminará por validar la decisión de millones de mexicanos y se avista a corto plazo un conflicto post-electoral casi inevitable.
Los partidos enfilan sus alfiles a las posiciones políticas de mayor envergadura, las cuales les darán la proyección requerida para consolidarse como opción real de gobierno, oposición responsable o como medio para mantener la línea del pragmatismo y la parálisis legislativa que tanto daño han causado a México.
Pero los diversos actores políticos y sociales han olvidado un aspecto fundamental, paradigmático y que hizo eco como nunca dentro de la elección presidencial 2012 y es: El uso de la Web 2.0
“Motor de libertad y de poder para los usuarios”, como la define quien acuñó su concepto, Tim O'Reilly. El uso de las redes sociales y las estrategias online se erigieron durante las pasadas campañas como una poderosa herramienta tecnológico-social capaz de generar desde simples chascarrillos hasta movilizaciones masivas que trascendieron la plataforma del internet para colarse a las plazas públicas de todo el país.
Desde principio del 2012 los usuarios activos de Redes Sociales en México (estimados en 33 millones según datos de INEGI) fuimos testigos día con día de los dimes y diretes de lo que se avistaba como una campaña presidencial llena de una constante “guerra sucia” Fenómeno que no estuvo lejos de la realidad.
Mañana, tarde y noche vimos pasar por nuestras líneas del tiempo las distintas acusaciones que los equipos de uno se hacían a otros.
De un “Movimiento Nacional de Cibernautas” que daba a conocer las propuestas de EPN, pasamos por la cuenta falsa de @JanHerzog1 (presuntamente ligada al publicista español Antonio Solá) claramente atacando y desprestigiando a todos los candidatos con el fin de apuntalar a la gris Josefina, los TT inflados tanto por “Peña-Bots” como “Peje-Zombies” haciendo referencia a los calificativos que los unos se dan a los otros y a un fenómeno como Enrique Aquino con tantos negativos que a pesar de su VOLUNTARIA y distante participación en la campaña de EPN sumó mas desdén que apoyo real.
Todo esto se vio traducido en un desprestigio constante de la labor de los community managers, content designers, social media experts. Así como un uso torpe y negativo, por parte de los diferentes equipos de Marketing Digital, quienes lejos de buscar los medios idóneos para promover la sana competencia de publicidad y aplicar estrategias diseñadas por mercadólogos y publicistas en redes sociales optaron por denostar y capitalizar políticamente los errores de sus contrincantes con tierna ignorancia.
Quienes hoy se erigen como “presidentes de movimientos” “secretarios nacionales de esto o aquello” o “asesores de campaña” Solo apelan a la simulación en redes pues, lejos de capacitarse en estrategias de Social Media, generalmente se dedican a copiar o leer artículos de revistas, tienen escasa preparación en el área del marketing online y por ende solamente contribuyen a un uso torpe y negativo de las redes en detrimento de su potencial como herramienta de evolución social y arma de expresión pública.
La simulación en nada contribuye a la incipiente democracia mexicana, y en Redes Sociales es necesaria una profesionalización y un criterio por parte de los representantes de los partidos políticos en los medios electrónicos. Dejemos de lado practicas como el uso de bots o la manipulación de los “temas del momento” y demos pie a un verdadero debate de altura entre la ciudadanía y los políticos.
Las sociedades en la red se han vuelto las nuevas plazas públicas, pero como en todas las plazas existen merolicos y estafadores quienes solo buscan obtener un beneficio a costa de la ignorancia y el desconocimiento por parte de la ciudadanía.
@RicardoMendez_