El viernes 30 de Marzo, falleció el Dr. Jorge Carpizo, quien fue secretario de gobernación, procurador general de la república, primer presidente de la comisión nacional de derechos y humanos y Rector y director del Instituto de Investigaciones jurídicas de la UNAM.

 

Al respecto, dice esta nota de Proceso[i]

 

“El enorme respeto que Jorge Carpizo McGregor consiguió granjearse a lo largo de su exitosa trayectoria académica no halló su equivalente en el curso de su desempeño político. Si bien sus críticos mejor intencionados ponderaban las virtudes del reputado doctor en derecho constitucional, cuestionaron acremente el hecho de que traicionara sus convicciones sobre los males del autoritarismo presidencial al ponerse precisamente al servicio de un presidente autoritario: Carlos Salinas de Gortari(…)”

 

El juicio que sobre la trayectoria del dr. Carpizo establece Proceso es, por lo menos, anacrónico, porque olvida que el jurista fue un hombre de su tiempo, acorde a sus circunstancias.

 

“El hombre que quiso ser rey”[ii], como atinadamente señala Enrique Krauze al referirse a Carlos Salinas de Gortari, no era percibido como tal en su periodo de gobierno.

 

Más de uno pensó que, efectivamente México había entrado por la puerta grande al primer mundo. La irrupción de los Zapatistas, el asesinato de Colosio y Ruíz Massieu y la consolidación del narcotráfico en las estructuras militares y de gobierno, fueron algunos de los factores que obligaron a aterrizar al imaginario colectivo que soñaba con poder pagar las letras de la casa que compró a través de un préstamo hipotecario y que seis años después había tenido que rematar por “el error de diciembre”.

 

Y es que no hay mejor juez que el tiempo, afirma la sabiduría popular.

 

Por su parte, el rector de la UNAM, Dr. José Narro, afirmó atinadamente en su magnífico discurso[iii] acerca de la trayectoria del Dr. Carpizo

“Sobresalía por su inteligencia y don de gente con sus amigos, con las personas correctas, con los que mostraban una conducta positiva. Era duro con sus detractores, con los que se desviaban del cumplimiento de la norma, con los que aprovechaban en beneficio personal una posición, con los que mentían o tenían un comportamiento francamente delictivo

 

El jurista fue uno de los contados funcionarios públicos que tuvo el valor de hacer frente a la calumnia proveniente de los medios de comunicación que, amparados en la “libertad de expresión”, lanzaban infamias a diestra y siniestra.

 

“La libertad de expresión no es derecho a mentir”. Dos batallas

 

¿Cuántos funcionarios públicos conoce usted, estimado lector, que demanden a un medio de información o a un profesional de la comunicación y la información, por mentir deliberadamente en su contra? No muchos, estimado lector.

 

Y es que hoy en día, es preferible adular al periodista, comprar al medio, transar con aquello que se señala hasta convertirse finalmente en eso que alguna vez se criticó. Por eso, la congruencia fue uno de los legados que el Dr Carpizo dejó a quien sea capaz de seguir su ejemplo. Mire usted.

 

El Universal

 

Hace 14 años, el periodista Julio Hernández López, desde su columna “Astillero”, daba cuenta del litigio que el entonces procurador de justicia Jorge Carpizo interpuso en contra del periódico El Universal por la misma razón que La Jornada demandó a Letras Libres: la calumnia.

 

 La Jornada martes 28 de octubre de 1997[iv]

 

ASTILLERO  Julio Hernández López

 

Jorge Carpizo considera que ha terminado su ciclo como embajador mexicano en Francia, y por ello ha solicitado su remoción. No debe suponerse, sin embargo, que el retorno de Carpizo sea cuestión de días sino, de acuerdo con la tradición en este tipo de asuntos, se puede llevar meses, de dos a tres en el mejor de los casos.

 

El doctor en derecho --que nació en la ciudad de Campeche el 2 de abril de 1944-- planea reintegrarse a la UNAM, al área de investigaciones jurídicas, pero, sobre todo, desea atender directa y personalmente la demanda que por difamación ha presentado en contra del director de El Universal, Juan Francisco Ealy Ortiz, el reportero Miguel Badillo y el caricaturista Luis Carreño.

 

La demanda de quien ha sido rector de la UNAM, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, procurador general de la República y secretario de Gobernación, se refiere al señalamiento hecho a fines de abril del presente año en El Universal de que, siendo procurador, Carpizo habría entregado a Raúl Salinas de Gortari 30 caballos pura sangre valuados en unos 3 millones de dólares.

 

A partir de la información disponible, el caricaturista Carreño planteó el asunto desde la perspectiva del humor gráfico.

 

Carpizo ha recurrido a los tribunales mexicanos en demanda, tanto de castigo para quienes considera sus difamadores, como del pago de no menos de un millón de pesos por concepto de daño moral.

 

Será interesante conocer el razonamiento jurídico que despliegue el reconocido jurista para salir adelante en el litigio que se movería en el terreno de una legislación obsoleta y laxa. También será importante conocer la reacción del gremio periodístico, que desde ahora entiende la demanda de Carpizo McGregor como un atentado a la libertad de expresión (…)”

 

 

Señalé este hecho cuando escribí el artículo “La Jornada y Letras Libres. Las ponderaciones”[v], porque me pareció interesante que, en palabras del periodista de La Jornada, en ese entonces el asunto se entendió como un atentado a la libertad de expresión, más allá del derecho que como particular le asistía a Carpizo de cuidar y proteger su reputación y buen nombre.

 

El señor Julio Hernández no pensó lo mismo años después en el contexto de la controversia entre Letras Libres y La Jornada.

 

Anabel Hernández y Los señores del narco

 

Álvaro Delgado, periodista de Proceso afirma[vi]

 

“El exprocurador Jorge Carpizo demandó a la periodista Anabel Hernández por haberle causado presuntamente daño moral con su libro “Los señores del narco”, editado en 2010 por la editorial Random House Mondadori, que es codemandada. Carpizo, también secretario de Gobernación en el gobierno de Carlos Salinas (1988-1994), presentó la demanda el 10 de enero de este año, dos años después de que el libro “Los señores del narco” fue editado”

 

El Dr. Carpizo envió un comunicado para establecer su postura e informar su decisión de demandar a la periodista que lo cita en el texto “Los señores del narco”

 

“Con plena convicción de que el periodismo de investigación debe defenderse en México (…) en virtud de que con el pretexto de la libertad de expresión, calumnia y miente sin validar fuente alguna, teniendo a la mano diversos documentos públicos y libros, la periodista hizo una serie de afirmaciones que carecen de verdad y sustento en contra de Jorge Carpizo, quien en uso legítimo de sus derechos defiende su honor”.

 

El resultado de la querella que el jurista interpuso en contra de El Universal, fue una nota publicada por el diario dos años después, cuando nadie se acordaba del asunto, aclarando la falsedad de la misma.

 

Ese es el resarcimiento por daño moral que se practica en México. En otros países, el diario hubiera sido acreedor a una cuantiosísima multa y su descrédito sería fatal. Aquí no solamente no pasa nada, sino que no hay precedente alguno y nadie toma en serio la legislación al respecto, que dicho sea de paso, es obsoleta.

 

¿Qué pasará ahora con la querella que el jurista interpuso en contra de la periodista Anabel Hernández?

 

¿Usted qué opina, estimado lector?

[i] http://hemeroteca.proceso.com.mx/?page_id=278958&a51dc26366d99bb5fa29cea4747565fec=302897&rl=wh

[ii]Carlos Salinas de Gortari “El hombre que quiso ser rey”. Documental de Enrique Krauze  http://www.youtube.com/watch?v=M7YFIOto0Oo&feature=player_embedded

[iii] Discurso del dr José Narro acerca de la trayectoria del dr. Jorge Carpizo http://www.eluniversal.com.mx/graficos/pdf12/Homenaje_Dr_Jorge_Carpizo.pdf

[iv] http://www.jornada.unam.mx/1997/10/28/astillero.html

[v] http://sdpnoticias.com/columna/6087/La_Jornada_y_Letras_Libres_Las_ponderaciones

[vi] http://www.proceso.com.mx/?p=299795