Un país con una industria energética sólida, con una cadena valor igualmente sólida y que de soporte a todas las necesidades del mercado nacional e internacional es vital para su desarrollo, máxime si ese país es poseedor de grandes recursos energéticos.

 

Como en cualquier otro sector, aquellas naciones que poseen la tecnología y los conocimientos necesarios, son las que ponen las reglas del juego y por supuesto, en el campo energético así es también.

 

México posee grandes recursos energéticos y particularmente hidrocarburos, es por ello vital contar con una industria nacional sólida en todos los eslabones de la cadena, desde la exploración y producción hasta el transporte, refinación y distribución. La frase “el petróleo debe ser motor de nuestra economía” parece muy trillada, sin embargo, contiene una base muy sólida, pues en realidad así lo es, pero con una industria sólida sería mucho más claro ese desarrollo y el crecimiento.

 

En la refinación, nuestro país tiene una gran carencia desde hace varias décadas que nos ha llevado al absurdo de poseer la materia prima más valiosa en un mundo petrolizado, exportarla grandes cantidades en bruto (sin refinar) e importar sus derivados a precios muy elevados. En este sentido, México ha duplicado la importación de petrolíferos entre 2001-2011[1]e importa 4 de cada 10 litros de gasolina que se consumen en el país[2].

 

En el sexenio actual se prometió construir una refinería que ayudaría a paliar esa desventaja con una capacidad aproximada para refinar 300 mil barriles de petróleo crudo diarios; sin embargo, la barda perimetral de dicha refinería aún sigue en construcción y recientemente se acaba de adjudicar la licitación para los Servicios de Ingeniería y Administración del Proyecto[3] (la primera debió terminarse a finales de 2011 y la segunda debería terminarse a mediados de 2012)[4], por lo que existe un retraso considerable en la construcción de un proyecto vital para el desarrollo de la industria petrolera nacional.

 

Contar con mejores capacidades de refinación y petroquímica es crucial para el futuro desarrollo de México, nuestra seguridad energética depende en gran medida de la independencia que en esta materia tengamos del exterior, permitiendo el desarrollo de la industria nacional, reduciendo el costo de los derivados del petróleo, así como diversificar la oferta de productos y servicios de esta industria.

 

Cualquier país hace uso de sus fortalezas comerciales, ventajas geográficas o recursos naturales para hacer frente a los retos de este mundo globalizado. Por ejemplo, los chinos e indios echan mano del bajo costo de su mano de obra; estadounidenses y japoneses de su potencial innovador e industria de alta tecnología; alemanes, franceses e ingleses de personal altamente calificado y sectores industriales avanzados; en nuestro caso, actualmente utilizamos la manufactura de bajo costo, posición geográfica, múltiples tratados comerciales y una alta matrícula de ingenieros y tecnólogos. De manera particular, en los hidrocarburos podríamos tener un elemento adicional para dichos propósitos con una industria energética sana y fuerte, pero también se podrían ofrecer mejores servicios y productos en el mercado nacional a precios incluso inferiores a los internacionales, gracias a que contamos con estos recursos.

 

El costo que para los mexicanos tienen los derivados de la industria petrolera, en especial los petrolíferos y su impacto en el transporte y la industria, es alto comparado con los de otros países que no cuentan con estos recursos. Estos podrían ser ajustados a la baja si se disminuyeran los costos de algunos elementos que componen su valor final, que de manera muy general son: el barril de petróleo, refinar ese barril, transportarlo y posteriormente agregarle los impuestos. La mayor oportunidad para nuestro país, radica en disminuir el costo de refinación, pues si contáramos con mejores capacidades en esta materia, sin duda esto podría repercutir en el valor final de numerosos productos y servicios.

 

Por otro lado, los subsidios en determinados productos y/o servicios obedece a que el incremento anual del costo de estos es superior al ingreso salarial de los personas y por otra parte, como medida para incentivar el consumo; sin embargo, en el caso de la gasolina y otros petrolíferos, se ha optado por la eliminación de estos subsidios mediante su disminución gradual[5] y existen propuestas para gravarlos aún más, lo que sin duda repercutiría de manera directa en el bolsillo de todos los mexicanos.

 

 

Alfonso Mayo

 

 

[1] Estrategia Nacional de Energía 2012-2026. SENER http://bit.ly/ypdXqW

[2] Anuario Estadístico 2011. PEMEX http://bit.ly/xx0cRu

[3] Fallo de adjudicación de la licitación pública internacional para el desarrollo de ingeniería de la nueva refinería en Tula. PEMEX http://bit.ly/xZzSTW

[4] Refinería Bicentenario, Programa de ejecución. PEMEXhttp://bit.ly/weby56

[5]  Análisis de los precios y de los subsidios a las gasolinas y el Diesel en México, 2007-2011. Cámara de Diputados, LXI Legislaturahttp://bit.ly/ym6XU9