Dentro del universo político, entre poderosos se protegen y se cuidan las espaldas hasta cierto momento que llega una mejor oferta y la traición resopla. No importa faltar a las necesidades del pueblo o seleccionar al peor contendiente, el chiste es que encabece la batalla colorida en tonos,  pero vacía en ideologías para subir de peldaño.

 

La Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazó las pruebas de polígrafo, toxicológicas y psicológicas aplicadas a los aspirantes a ocupar un cargo de elección popular. Dicha iniciativa tuvo diez votos a favor y uno en contra, invalidando parte del artículo siete, párrafo III del Código Electoral de Chiapas porque viola los principios constitucionales de certeza y equidad.

 

La ocurrencia por parte de Guillermo Mayagoitia, nos brinda esperanza a los ciudadanos, pese a que no se aprobara, porque al menos tenemos conocimiento sobre quienes si tienen interés en gobernar o ser regidos por una administración más autocritica y menos masturbadora de sus logros derramados en spots y reuniones privadas a modo de propaganda implícita que excluye todo escrutinio político.

 

¿Por qué no modificar la supuesta invalidez del Código Electoral de Chiapas, cuando en realidad se está tratando de que el pueblo tenga mayores elementos para decidir? Las elecciones no son concurso de belleza, sino una convocatoria para medir no sola la capacidad sino también la actitud y condiciones para que alguien lleve la batuta del país.

 

¿Acaso tienen deudas los ministros con algunos aspirantes a funcionarios públicos? ¿Consideran extremo someter al escrutinio público? o por si se ofrece, ¿mejor rechazar tentativa propuesta?  Era evidente que los de “arriba” no se iban a poner la soga al cuello y se nota la complicidad argumentada en principios constitucionales, que salva a quienes aspiran un cargo público.

 

Es de fundamental importancia que los ciudadanos sepan en qué condiciones se encuentran los contendientes políticos. Si realmente tienen esa habilidad para tomar decisiones, si su mente estará concentrada en su labor y cuentan con la vocación por el servicio a los demás, cualidades que buena parte de nuestras administraciones no cuentan, pues el amor a su trabajo proviene del capital y los beneficios que reciben.

 

Los poderosos están tomando una actitud parecida a los maestros, no quieren que se les hagan exámenes de conocimiento ni siquiera de diagnóstico para conocer las carencias cognitivas, temen mostrar su ignorancia o bien, les indigna poner en duda su capacidad frente al aula, similar ocurre con los salvados, no quieren ser analizados o poner al descubierto cola para ser pisada.

 

Este proyecto de ley hubiera tronado cabezas de formar parte de las próximas elecciones. Imaginemos eso, el polígrafo a punto de explotar en varias ocasiones por la retórica partidista, los exámenes psicológicos revelándonos la verdadera personalidad, y ni hablar de las pruebas toxicológicas, imaginemos cómo habría sido si se hubiera propuesto no solo para Chiapas, sino también para todo el país.